Ya no hay miedo a CFK, y se habla de crisis política (gobernadores deliberando)

Comencemos por el final: "(...) La virtual calma de los mercados luego del establecimiento del nuevo cepo cambiario no es más que una circunstancia. Las causas que llevaron el blue a $13 no han desaparecido. Tampoco el motivo que impulsa los aumentos de precios. Que Cristina Fernández descargue miles de tuits contra los medios de comunicación no cambiará esta realidad. Y su ausencia, tampoco ayuda a superar la crisis. Los tiempos políticos se acortan. Por ahora, los líderes políticos cuchichean y el establishment empresarial-sindical rumorea. Ya no hay miedo a Cristina Fernández, sólo a las reacciones inesperadas o intempestivas de sus funcionarios. Nadie esperaba el Diciembre que pasamos. Nadie esperaba el Enero que pasamos. Y nadie sabe cómo serán Febrero y otros meses por venir. La incertidumbre, hoy, es la única certeza". Interesante texto de Claudio M. Chiaruttini, en su editorial dominical.


Muy sugestiva la reunión de ministros de Economía provinciales, que impulsó Daniel Scioli, para buscar coincidencias ante los reclamos salariales de los gremios estatales. Los gobernadores no se reunían desde aquel encuentro en la ciudad de Corrientes del Instituto Gestar, que fue el escalón que llevó a Jorge Capitanich a la Jefatura de Gabinete de Ministros.
por CLAUDIO M. CHIARUTTINI
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). La caída de reservas del Banco Central más importante en 8 años -en 1 semana, fugaron tantos dólares como en 1 mes de 2012-coincidió con la mayor devaluación del peso en 12 años: en la Era Kirchnerista nunca antes el dólar oficial había estado congelado durante tanto tiempo pero ahora, pese a la depreciación ocurrida, la brecha respecto del blue no baja de 50% aunque la tasa de interés ofrecida para los títulos públicos Lebac se multiplicó casi por 7 en 'esa' semana provocando que los préstamos personales y para el consumo, si bien no están suspendidos, tienen los mayores costos en más de 10 años, casi impagables con certeza. El déficit fiscal de 2013, sin inyecciones de dinero del Anses o el BCRA, fue del 4,7% del PBI, la más alta desde la Convertibilidad, que lo financiaba con un extraordinario endeudamiento del Estado. La pregunta es qué hará ahora la Administración que hizo del desendeudamiento un eje de su “relato”  mítico.
 
Los datos fríos confirman las dimensiones del ajuste realizado por Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof y Juan Carlos Fábrega, durante enero, y de las profundas distorsiones que tiene la economía y que no se intentan solucionar. Ya no hay “relato” que pueda ocultar las dimensiones de la crisis. Por eso los funcionarios se esfuerzan en buscar culpables. Un día son los bancos, otros es el campo, luego los grupos económicos, por fin, un ataque internacional de especuladores financieros. La gama de “enemigos” que despliega el Gobierno hace la envidia de los paranoicos. Pero este comportamiento no sirve ya ni para mantener convencida a la militancia. Resulta, apenas, la última herramienta de defensa que le queda el cristinismo para no reconocer la derrota del famoso “modelo” creado por Néstor Kirchner.
 
Mientras el Gobierno corre detrás de comercializadores, productores y formadores de precios, la inflación escapa del control oficial, en una carrera que ya hemos visto muchas veces en el pasado argentino. Sin embargo, en vez de aprender de esas experiencias, se vuelve a insistir con las viejas fórmulas, como si fueran la solución para los problemas reales.
 
El Gobierno, tal como hace casi 11 años, se concentra en los síntomas. Por eso, cambia las reglas para comprar dólares y celebra el resultado. Sin embargo, las reservas siguen cayendo y elblue mantiene su brecha. Luego traza una senda de aumento de las tasas de interés, para llevarlas a valores cercanos a la inflación oficial, pero olvidan un programa fiscal que contenga el gasto o cambie las expectativas de la gente. Hoy, cuando la velocidad de rotación del dinero crece y los argentinos prefieren tener en sus manos dólares en lugar de pesos, encarecer el dinero y esterilizar liquidez son medidas tardías e incompletas.
 
El temor al futuro político es mayor al temor al futuro económico. Por eso, el Gobierno trata denegociar con los diferentes sectores sociales para evitar un estallido social. Por ejemplo, ante el recalentamiento de las demandas de los gremios aliados, les promete cancelar la deuda del Estado a las obras sociales sindicales con un bono, a 5 años, por $18.000 millones. Más deuda pública. Ya lo hizo hace 3 semanas con la deuda de las provincias: para calmar a los Gobernadores, les pateó acreencias. También frena una huelga de choferes de ómnibus de larga distancia con más subsidios oficiales. Más gasto público. Se sienta a negociar con los maestros y no sabe cómo evitar que haya paritarias cada 3, 4 o 6 meses. Ya todas las provincias piensan en pedir ayudas adicionales al Tesoro Nacional. Más gasto.
 
En el fondo, la Casa Rosada intenta frenar las demandas sociales con más emisión de dinero. Ya resulta complicado vaciar un ANSeS vacío y se sigue recurriendo a inventar ganancias del Banco Central para ayudar al Tesoro Nacional. Los bolsillos de los contribuyentes siempre están disponibles para los funcionarios públicos, de acuerdo al particular punto de vista de esos personajes. Por eso, se especula que aumentarán las retenciones aunque algunos kirchneristas reclaman la nacionalización del comercio exterior: necesitan una nueva fuente de financiación que les permita ganar tiempo, aunque sea apenas unos meses de oxígeno.
 
En los pasillos de la Casa Rosada, el temor a que se incremente la crispación social es notable.Desde Cristina Fernández hacia abajo, el kirchnerismo denuncia maniobras destituyentes, golpes mediáticos, campañas en su contra, intentos desestabilizadores y otras acusaciones similares. Sólo basta leer los más de 45 tuits de medianoche de la Presidente de la Nación para entender la sensación que cruza al oficialismo.
 
Lo que sorprende es la falta de realismo del llamado Equipo Económico. Ya pasó la etapa de asombrarse por su impericia y por su falta de conocimiento de cómo funcionan los mercados, ahora es el tiempo de sorprenderse porque ellos ni siquiera pueden hacer una lectura coherente, correcta, verosímil, de la realidad.
 
En el fondo, el Gobierno sigue soñando con un golpe de suerte para poder superar la crisis. Se apostó a China... pero ellos son chinos, no b... oligomas ni militontos. Se apostó al Club de París, pero no se pudo avanzar. Se apostó a un acuerdo rápido con Repsol por la confiscación de YPF, pero la devaluación de la última semana frenó los diálogos. Se apostó a una oferta para comprar los bonos y las causas judiciales a los holdouts por parte de fondos de inversión amigos, peroPaul Singer, del Elliot Fund, dejó en claro que las negociaciones, hoy, están muertas.
 
¿Qué es un 'golpe de suerte' hoy para el Gobierno? Que ingresen US$10.000 millones o US$20.000 millones a las reservas del Banco Central. Esa necesidad los llevó al Club de París, paso indispensable para intentar volver a colocar deuda en el exterior y llegar a 2015 imitando a Carlos Menem/Roque Fernández en la etapa 1996-1999. Esa necesidad los llevó a prometer lo que no pueden cumplir a Repsol, pensando que, destrabado el conflicto judicial, las eventuales inversiones en el 'fracking' de Vaca Muerta puede generar ese dinero en inversiones rápidas (¿?). Y esa necesidad les llevó a avanzar a fondos de inversión 'amigos' (FinTech Advisory y algunos más) en su intento de seducir a los holdouts ya que la oferta incluía que ellos aportaran una inyección en las reservas del BCRA. ¡¡Justo ellos!!
 
Desde que Néstor Kirchner le contó al periodista Roberto García, por ese entonces Nº2 del diario Ámbito Financiero, que negociaba un préstamo de US$20.000 milones en China -irrealidad que nunca se concretó-, ha quedado en el kirchnerismo la idea que es legítimo hacer todo mal pero apostar al 'golpe de suerte' para dar un giro a la realidad política y solucionar los problemas económicos.
 
Desde 2003 a la fecha, Kirchner fue a la ruleta y ganó en varias ocasiones. ¿No fue un 'golpe de suerte' el famoso 'viento de cola'? Kirchner ganaba al escolaso y los militontos aplaudían diciendo que era un genio de la economía. ¿Se podrá ser tan p... apanatas?
 
Además, se expropiaron los ahorros a quienes invertían en las AFJP y se confiscó YPF (todavía se recuerda a los funcionarios de La Cámpora preguntando dónde estaban los US$6.000 millones que se mencionaban en el estado contable de la empresa). El dinero de los fondos de pensión sólo sirvió para estirar el gasto público y el asalto a la petrolera todavía no ha conseguido los resultados esperados.
 
En 2013, la Administración Cristina fracasó con su idea de que el lavado de dinero internacional podía brindar los recursos necesarios. Por eso la Presidente de la Nación y Guillermo Moreno ofrecieron los Cedines y los BAADE. En tanto, clamando por inversiones, el ministro de Planificación, Julio De Vido, visitó Rusia tratando de seducir a empresas de ese país gobernado por un ex jefe de inteligencia que tiene información detallada de la situación argentina. De Vido fracasó y llevó la oferta a China, hasta que la intervención intempestiva del entonces viceMinistro de Economía, Axel Kicillof, tiró por la borda los diálogos.
 
También se trató de hacer una “vaca” multisectorial, pidiendo US$2.000 millones a las cerealeras (que aportaron US$1.820 millones. No llegaron a cubrir todo el monto porque alguna casa matriz le dijo a su subsidiaria argentina que el Estado argentina les adeudaba IVA desde hacía 3 o 4 años), US$1.000 millones a los bancos, otros US$1.000 millones a las mineras, US$1.000 millones a las terminales automotrices y US$1.000 millones las petroleras. Con el despido de 'Lassie' Moreno, esas propuestas fueron congeladas, aunque la semana que pasó, Kicillof las sacó del freezer.
 
De Vido se reunió con directivos del banco de inversión Goldman & Sachs para que ayuden a conseguir US$20.000 millones para las famosas 15 grandes obras de infraestructura que tiene en carpeta. Axel Kicillof buscó que los bancos extranjeros importen US$10.000 millones. El presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, reclama más 'patriotismo' a las grandes cerealeras, que son estadounidenses, belgas, francesas....
 
Hace menos de 3 meses se habló de un swaps de monedas con China, también por US$10.000 millones que se anotarían como reservas del BCRA pese a ser apenas un contrato eventual. Pero, además, según fuentes oficiales, también se habrían intentado negociar swaps similares con Rusia, Brasil, India y países del Golfo Pérsico. En todos los casos, el Banco Internacional de Pagos, de Basilea (Suiza), que controla ese tipo de acuerdos, los frenó uno tras otro, dada la irregularidad confesa de la Argentina de querer imputarlas como reservas. No se puede andar de contramano en la gran carretera del sistema monetario global.
 
Si la Administración Cristina hubiese concedido alas a toda la potencialidad del sector agropecuario -en vez de dificultar la tarea, castigarlos con retenciones o medidas que provocaron la liquidación de vientres en el caso de la producción de vacunos, y llevaron a restringir la siembra en el caso de los granos-, hoy podría conseguir US$ 10.000 millones adicionales a los que el sector aporta en la actualidad.
 
Algo más. es insólito ver funcionarios pidiendo dinero en un marco de devaluación de la moneda local, tasas de inflación crecientes, economía casi en recesión, déficit fiscal en aumento, cambio de la política monetaria en USA e inversores internacionales que hicieron bajar 33% las acciones de YPF y 20% las de los bancos argentinos en el mes cuando la Argentina trató de domar al blue.
 
Todos ellos saben que US$10.000 millones más, en el mejor de los casos, sólo permitirá ganar unos meses, pero no frenará el proceso de fuga de divisas, deterioro fiscal y falta de credibilidad. Será un placebo, inyectará euforia en las filas oficialistas, pero en el fondo, será otro'golpe de suerte', no un cambio de tendencia. De inmediato, ese dinero seguirá el mismo camino que los dólares ya fugados.
 
Queda la sensación de que, en el marco de la crisis de confianza hacia el Gobierno e inestabilidad económica y financiera, se incuba una crisis política. Por eso las palabras del gobernador de Misiones, Maurice Closs, activaron todas las alarmas de la Casa Rosada y el Jefe de Gabinete,Jorge Milton Capitanich, tuvo que hacerlo retroceder en sus conceptos.
 
Sin embargo, 3 sucesos expresa esa inestabilidad política potencial:
 
> se discute con cierta obsesión quién será el próximo presidente de la cámara de Senadores, cargo que deberá elegirse antes de fin de mes. En la Cámara alta se descuenta la salida de Beatriz Rojkés de Alperovich, pero mientras Aníbal Fernández juega su carta como hombre K alternativo a Gerardo Zamora, muchos miran hacia el hoy día sciolista Miguel Ángel Pichetto; en Diputados seguiría Julián Domínguez, que no ha ocultado sus deseos de ser candidato en 2015. Muchos creen que a gobernador de Buenos Aires, otros lo ven como figura de consenso. Así se entienden movimientos políticos durante Enero, casi una campaña electoral dentro del peronismo;
 
> el pedido del Frente Renovador (Sergio Massa) de revisar el Presupuesto 2014. Sin duda, es un desafío político hacia la Casa Rosada, que lo hizo votar en tiempo récord y sin ninguna modificación la norma. Pero también es un mensaje hacia los gobernadores, dado que les ofrece la oportunidad de reasignar partidas a favor de las provincias; y
 
> la reunión de ministros de Economía provinciales, que impulsó Daniel Scioli, para buscar coincidencias ante los reclamos salariales de los gremios estatales. La primera puntada la dio el sábado 01/02, José Manuel De la Sota al abrir las Sesiones Ordinarias del Legislativo de Córdoba, anunciando un proyecto de ley para declarar cesante en forma automática al policía provincial que adhiera a una protesta o huelga.
 
La virtual calma de los mercados luego del establecimiento del nuevo cepo cambiario no es más que una circunstancia. Las causas que llevaron el blue a $13 no han desaparecido. Tampoco el motivo que impulsa los aumentos de precios. Que Cristina Fernández descargue miles de tuitscontra los medios de comunicación no cambiará esta realidad. Y su ausencia, tampoco ayuda a superar la crisis.
 
Los tiempos políticos se acortan. Por ahora, los líderes políticos cuchichean y el establishmentempresarial-sindical rumorea. Ya no hay miedo a Cristina Fernández, sólo a las reacciones inesperadas o intempestivas de sus funcionarios. Nadie esperaba el Diciembre que pasamos. Nadie esperaba el Enero que pasamos. Y nadie sabe cómo serán Febrero y otros meses por venir. La incertidumbre, hoy, es la única certeza.

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