Papa Francisco: "Despenalizar el consumo de drogas no resuelve el narcotráfico ni la adicción"

En Latinoamérica hay una corriente de opinión que considera que despenalizar el consumo de estupefacientes ayudaría a reducir la violencia de las mafias y concederle otro contexto a una batalla que culturalmente se está perdiendo. Probablemente porque la Iglesia Católica disputa otras batallas en las que también se encuentra en problemas (el divorcio, el matrimonio entre personas del mismo sexo, determinadas prácticas de la inseminación artificial...), el papa Bergoglio no tuvo reparos en decir algo que muchos consideran muy apropiado: Despenalizar el consumo no resolverá los otros problemas de los estupefacientes, en especial los que provienen de la adicción que condiciona al individuo.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Jorge Mario Bergoglio se mostró contrario a la legalización del consumo de estupefacientes, un tema muy actual en Latinoamérica (de hecho, en Uruguay, por ejemplo, el gobierno de José Mujica lo impulsa para una llamada'droga blanda' como es la marihuana): “No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química. Es preciso afrontar los problemas que están en la base de su uso, promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro”.
 
Por la mañana, el Papa católico rezó a la Vírgen de la Aparecida. Por la tarde, fue a la polémica en un tema especialmente controvertido, un debate encendido entre quienes —como el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, o algunos exmandatarios latinoamericanos como Vicente Fox o Fernando Henrique Cardoso— defienden que la legalización sería un medio eficaz para debilitar las mafias y quienes, por el contrario, se oponen de forma frontal. El Papa dijo: “Hay muchas situaciones en Brasil, en el mundo, que necesitan atención, cuidado, amor, como la lucha contra la dependencia química. Sin embargo, lo que prevalece con frecuencia en nuestra sociedad es el egoísmo. ¡Cuántos mercaderes de muerte que siguen la lógica del poder y el dinero a toda costa!”.
 
Así lo vivió el vaticanista Giacomo Galeazzi, desde Río de Janeiro:
 
"(...) En la visita al hospital que se ocupa de tóxicodependencias y que lleva el nombre del pobrecillo de Asís, el Papa puso en guardia sobre las «propuestas ilusorias de los ídolos del mundo» y condenó a los «mercaderes de muerte». El narcotráfico, advirtió el Pontífice, no se combate con la liberalización del consumo de drogas, «como se está discutiendo en varias partes de América Latina», sino «promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro».
 
Después del peregrinaje al Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, Bergoglio tocó a las puertas de «un santuario particular del sufrimiento humano, como es el Hospital San Francisco de Asís». En un discurso de fuerte caracter social, el Papa recorrió «la conversión de su santo Patrón: el joven Francisco abandona las riquezas y comodidades del mundo para hacerse pobre entre los pobres; se da cuenta de que la verdadera riqueza y lo que da la auténtica alegría no son las cosas, el tener, los ídolos del mundo, sino el seguir a Cristo y servir a los demás». Pero, recordó Bergoglio citando la recién publicada carta Encíclica a cuatro manos, que es menos conocido el momento «en que todo esto se hizo concreto en su vida: fue cuando abrazó a un leproso. Aquel hermano que sufría, marginado, era “mediador de la luz [...] para San Francisco de Asís” (cf. Carta enc. Lumen fidei, 57), porque en cada hermano y hermana en dificultad abrazamos la carne de Cristo que sufre».  Por este motivo, continuó, «en este lugar de lucha contra la dependencia química, quisiera abrazar a cada uno y cada una de ustedes que son la carne de Cristo, y pedir que Dios colme de sentido y firme esperanza su camino, y también el mío».
 
Hay muchas situaciones que exigen «atención, cuidado, amor». En cambio, «lo que prevalece con frecuencia en nuestra sociedad es el egoísmo. ¡Cuántos «mercaderes de muerte» que siguen la lógica del poder y el dinero a toda costa!». La plaga del narcotráfico, afirmó firmemente Bergoglio, «que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad. No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina -insitió-, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química».
 
Según Bergoglio, «es preciso afrontar los problemas que están a la base de su uso, promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro». Hay que «aprender a abrazar a aquellos que están en necesidad, para expresar cercanía, afecto, amor», pero esto no es suficiente. Debemos decir a los que han caído «en el abismo de la dependencia»: «“Puedes levantarte, puedes remontar; te costará, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres” [...] “Tú eres el protagonista de la subida, ésta es la condición indispensable. Encontrarás la mano tendida de quien te quiere ayudar, pero nadie puede subir por ti”. Pero nunca están solos».
 
Retomando la Encíclica “Lumen Fidei”, Francisco indicó «un futuro cierto, que se sitúa en una perspectiva diversa de las propuestas ilusorias de los ídolos del mundo, pero que da un impulso y una fuerza nueva para vivir cada día» (Carta enc. Lumen fidei, 57). Nuevamente el Papa invitó a los jóvenes a no dejarse «robar la esperanza». Como en la Parábola del Buen Samaritano, «la atención y el amor» deben prevalecer sobre la indiferencia y el desinterés. Y justamente la Asociación San Francisco y la Red de Tratamiento de Dependencia Química «enseñan a inclinarse sobre quien está dificultad, porque en él ve el rostro de Cristo, porque él es la carne de Cristo que sufre».
 
Para concluir, el Pontífice agradeció a «todo el personal del servicio médico y auxiliar que trabaja aquí; su servicio es valioso, háganlo siempre con amor; es un servicio que se hace a Cristo, presente en el prójimo». A «todos los que luchan contra la dependencia química, a los familiares que tienen un cometido no siempre fácil», Papa Francisco aseguró que «la Iglesia no es ajena a sus fatigas, sino que los acompaña con afecto. El Señor está cerca de ustedes y los toma de la mano. Vuelvan los ojos a él en los momentos más duros y les dará consuelo y esperanza. Y confíen también en el amor materno de María, su Madre». Ninguna cruz es tan pesada como para no encontrar alivio en la Virgen.
Durante la jornada del miércoles 24/07 en la cual se vivió  un ambiente íntimo y familiar, Francisco recibió el saludo y testimonio de dos pacientes en rehabilitación. Luego rezó el Padrenuestro y bendijo una placa conmemorativa al inaugurar una ampliación del Hospital.
 El hospital San Francisco de Asís recibe a personas con adicciones, en especial jóvenes, y dispone de 500 camas para dar asistencia quirúrgica a indigentes. Es obra de un franciscano, Fray Francisco Belotti, que aún hoy la dirige. Fue creada hace 27 años, 1985, como una institución caritativa y luego se convirtió en Fraternidad de vida consagrada, con reconocimiento de la Santa Sede. Sirve a jóvenes con problemas de drogadependencia en diferentes barriadas del Brasil y también en Haití.

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