A 4 años de aquel 28/6: La sombra que atormenta a Cristina

En la madrugada del 29/6 de 2009 Néstor Kirchner reconocía la derrota ante Francisco De Narváez. Fue el corolario del derrotero que había comenzado con el conflicto con el campo. Algunos analistas interpretan que el escenario de 2013 es similar al de 2009, un espejo que genera angustia en los pasillos de la Casa Rosada y en Olivos.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Después de las 21:00 de aquel 28/6 de 2009 se conocían los 1ros resultados provisorios. Y aunque la diferencia entre el ganador y el 2do no era muy grande, para el Gobierno Nacional el resultado fue catastrófico.
Néstor Carlos Kirchner, nacido y criado en Santa Cruz, pero transplantado a la provincia de Buenos Aires para esa elección, sucumbía electoralemente ante Francisco 'Alica, alicate' De Narváez.
Y si bien el resultado se volvió irreversible con el correr de las horas (34% para Unión Pro y 32% para el Frente para la Victoria) al expresidente, candidato oficialista, y esperanza del Gobierno deCristina Fernández, su esposa, recién reconoció la derrota pasadas las 2 de la mañana del lunes 29/6.
"Hemos perdido por muy poquito. Hemos luchado con toda dignidad en la provincia de Buenos Aires", fueron las 1ras palabras de un Kirchner abatido. Lo acompañaban en el escenario montado en el bunker del Hotel Intercontinental, Daniel Scioli y Sergio Massa, que lo acompañaron como candidatos "testimoniales". Y Florencio Randazzo, el ministro del Interior al que le tocó ser jefe de campaña del expresidente.
No se sabe el por qué de tanta demora. Algunos sostienen que las discusiones internas y los pases de facturas en los pasillos del hotel se prologaron hasta tarde. Otros simplemente especulan con que Kirchner quiso evitar las tapas de los diarios, que por esas horas debían cerrar sus ediciones. No lo logró.

 
"Hemos perdido por un punto y medio, 2 puntos, y no tenemos ningún problema en reconocer la victoria de nuestros adversarios, y no recurrimos ni al fraude, ni a esto ni a lo otro. Porque si el peronismo hubiera ganado por 2 puntos, seguramente a esta hora estaríamos denunciados por fraude", decía Kirchner tratando de callar a los "pibes para la liberación" que lo interrumpían con los cantitos.
La derrota de Kirchner fue un final un anunciado. El conflicto con el campo había dejado al Gobierno, y principalmente al expresidente, con un enorme deterioro en su imagen pública. Sus desafortunadas intervenciones durante la protesta ("Salen como comandos civiles a agredir a los que no piensan como ellos”) y el voto no positivo de Julio Cobos quebraron la relación virtuosa que hasta entonces había tenido con la clase media.
El creciente resquebrajamiento de la imagen del Gobierno tras el conflicto y los efectos de una recesión (nunca admitida por el INdEC) provocaron el adelantamiento de las elecciones. Debían celebrarse en octubre, pero se realizaron en junio con la excusa de la crisis internacional.
La imagen negativa de Néstor llego a estar cerca del 50% por aquellos días. Mientras que la positiva se reducía a la mitad. La derrota se replicó en los principales distritos del país, como Mendoza, Santa Fe, Córdoba y la Ciuda de Buenos Aires. A nivel nacional el kirchnerismo logró apenas cerca del 30% de los votos. Sus mayorías parlamentarias se vieron pulverizadas.
Kirchner iba a renunciar horas después a la jefatura del Partido Justicialista. "Cuando un resultado no es el que se pensó en su momento... Creemos que eso mejora la calidad política, por eso renuncio indeclinablemente a la conducción del partido", dijo a la hora de la dimisión.
"Nos tocó perder por 2 puntos. Cada uno, con el correr de los días hará la evaluación de los aciertos y los errores", dijo el frustrado expresidente, que aún en la derrota había conseguido una banca en el Congreso, que asumió aunque sólo votó en una única sesión.
"Llevamos 6 años de gestión, eso implica un desgaste", diría la presidente Cristina Fernández a la hora de explicar la derrota. "Realmente lo atribuí a la voluntad de la gente, uno no puede enojarse. Esto es así, irrefutable. También a errores, que serán analizados, que perfeccionaremos sobre los mismos", dijo en una conferencia de prensa en la que aceptó preguntas.
Luego el discurso cambiaría, y el Gobierno intentaría responsabilizar de todos sus males a un complot que tenía como cabeza (hasta el día de hoy) al Grupo Clarín.
La reconstrucción de la imagen del Gobierno iba a comenzar casi inmediatamente. "Ya estamos en camino para retomar la iniciativa para profundizar la gobernabilidad", había dicho Kirchner en la noche de la derrota.
La Asignación Universal por Hijo, la movilidad jubilatoria, pero sobre todo el repunte económico con el consumo como punta de lanza iban a darle más oxígeno al kirchnerismo. El fallecimiento de Kirchner en 2010 generó una empatía con su viuda, y esto repercutió directamente en su imagen positiva, en ascenso hasta la victoria de 2011, la reelección con el 54% de los votos.
Algunos encuestadores estiman que el escenario de 2013, cuando el kirchnerismo volverá a someterse al escrutinio popular, es similar al de 2009. La imagen negativa de la Presidente está en niveles considerables, aunque la economía no arroja un panorama tan sombrío con el de 4 años atrás.
En la provincia de Buenos Aires el Gobierno tienen como rival a Sergio Massa, que goza de la popularidad de la que el kirchnerismo hoy carece. Los especialistas no ven al Gobierno atrayendo más votos que los de su nucleo duro, en torno al 30%. Y a diferencia de 2009, ya no le queda reelección a este Gobierno. Eso convierte a la conyuntura actual en un escenario más dramático para Cristina Fernández.

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