El kirchnerismo se hizo 'papista' y, en campaña, Cristina hasta puede comulgar...

El domingo 24/03 se recuerda el golpe de Estado de 1976, aunque se olvida que la violencia política había comenzado bastante antes, incluyendo muertos, torturados, etc. Pero al kirchnerismo cristinista le permite exponer su nueva estrategia electoral posviaje de la Presidente al Vaticano: con ferocidad mermada, leones herbívoros. Además, que se hable más del inicio del Proceso y menos de la coyuntural real le permite que resulte más discreta su sorprendente retroceso y abrupto cambio de discurso acerca del papa Francisco: en FpV todos parecen monaguillos...

La Presidenta recibió una encuesta de la publicista Doris Capurro que indicaba que Bergoglio, con los atributos de papa, tenía una imagen positiva del 93%. El apuro en alcanzar ahora acuerdos con la Iglesia obedece a la necesidad de congraciarse con una figura popular y que aquella vieja disputa no perjudique al Gobierno en las elecciones legislativas del 27 de octubre.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Demasiado evidente el cambio de enfoque (coyuntural) de la presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, acerca del cardenal argentino Jorge Bergolio, desde que él es el papa Francisco, jefe de los católicos apostólicos romanos, la porción más voluminosa de la cristiandad, estratégica en la Argentina a causa de la tradición sociocultural y del Concordato vigente.

 

Las encuestas de opinión tan positivas para el Papa provocan el interés del Frente para la Victoria y la decisión de, si no pueden subirlo al oficialismo, por lo menos neutralizar cualquier impacto adverso. El tema ha provocado muchos comentarios dominicales. Aquí 4 de ellos:

 

 

Hugo Krasnobroda, en El Tribuno, de la ciudad de Salta:

 

"Más allá de las causas, el Gobierno mostró la última semana un giro muy evidente en su confrontativa forma de hacer política y empezó a tender puentes con sectores que hasta ahora no estaban en los planes. En sus casi diez años en el poder, nunca el kirchnerismo mostró una faceta tan conciliadora como la actual, con una Presidenta moderada en sus discursos, alejada de las disputas sectoriales y con una notoria menor soberbia en sus apariciones. ¿Cuánto durará esta nueva cara de Cristina y los suyos? Imposible de predecir, aunque no tendría ningún sentido que sea por un corto plazo: un escenario de esas características solo le restaría credibilidad a la jefa de Estado y la palabra “oportunismo” empezaría a repetirse y repetirse entre una buena parte de la opinión pública.

 

No hace falta ser un especialista para darse cuenta que la asunción de Jorge Bergoglio en el Vaticano rompió todos los preconceptos con los que se manejaba la fuerza gobernante. Eso no había ocurrido ni en los momentos más duros que pasaron los Kirchner en el sillón de Rivadavia. No pasó durante el conflicto con el campo, no pasó tras la derrota electoral de 2009, no pasó tras la muerte de Néstor Kirchner, no pasó tras el megacacerolazo del 8N y no pasó tras el fracaso del promocionado 7D. ¿Por qué ahora sí? Probablemente porque es la primera vez que el oficialismo encuentra un referente argentino más poderoso y mejor posicionado en los sondeos que él. El papa Francisco, según admitió hace pocas horas a El Tribuno uno de los encuestadores más cercanos a la Casa Rosada, goza hoy de casi el 98 por ciento de las preferencias. A confesión de partes, relevo de pruebas. (...)

 

Los últimos días quedó muy expuesto el extremo verticalismo que reina en el Gobierno, y que tiene peligrosas derivaciones a futuro. Bastó que Cristina se emocione con el Papa para que sectores que lo habían denostado al extremo ahora parezcan carmelitas descalzas. No sorprende que ningún dirigente del kirchnerismo puro tenga buena aceptación en la opinión pública. En el oficialismo no hay reparos en limar la credibilidad de sus dirigentes más allá de lo que decida Cristina. Ese costo lo pagaron incluso organizaciones de la talla de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, quienes hoy parecen más un apéndice del Gobierno que asociaciones sociales sin fines de lucro.

 

¿Cómo potenciar a un candidato que no tiene pensamiento propio? Esa es una de las causas principales por las que el kirchnerismo sigue ventilando la re-reelección de su líder absoluta. Los pocos dirigentes que mostraron mínimos signos de independencia hoy son los adversarios más encarnizados de la Casa Rosada. Daniel Scioli, que nunca dejó de verse con Bergoglio, y Sergio Massa, que nunca dejó de hablar de la “inseguridad” son hoy los casos más emblemáticos en ese sentido. (...)".

 

 

Coincide en el enfoque Horacio Serafini, en el diario La Voz del Interior, de la ciudad de Córdoba:

 

"Todavía incipiente, el papado de Francisco ya opera milagros, al menos en Argentina. Sobre todo en la Presidenta, pero también –salvo excepciones– entre los seguidores del modelo inaugurado hace una década.

Después del trago amargo que en privado tuvo que superar no bien conocida la elección de Jorge Bergoglio, Cristina Fernández adoptó un comportamiento público de jefa de Estado, acomodándose al nuevo escenario. Nada objetable: tiene raigambre y formación política en el peronismo, un movimiento que en mucho, aunque no sólo por eso, debe su supervivencia a su capacidad mutante, su oportunismo. 

 

(...) El acto con el que el viernes encabezó el 37º aniversario del último golpe de Estado estuvo pleno de mensajes de ese cambio. “No nos vamos a pelear, nos vamos a entender los argentinos de una buena vez por todas”; “no podemos tener la soberbia de pensar que nunca nos equivocamos”; “que aflore únicamente lo bueno y lo mejor”, y “dejar de lado lo malo, lo feo, el odio”, fueron frases hasta hace poco inimaginables en la boca de la Presidenta.

 

Pero esos dichos también estuvieron acompañados por hechos: al acto en el excentro clandestino de detención de Mansión Seré fueron invitados los integrantes vivos de la Conadep, la comisión que en 1984 recogió los testimonios sobre las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, entre ellos algunos críticos de su gobierno.

 

Todo un cambio, en ese sentido, respecto de la apropiación del tema de los derechos humanos que había hecho el kirchnerismo y que tuvo su punto máximo cuando en el acto de recuperación de la Esma, el entonces presidente Néstor Kirchner llegó a ignorar olímpicamente el gran mérito de Raúl Alfonsín: los juicios a las juntas militares.

 

¿Mero oportunismo presidencial? ¿Síntomas del “milagro” operado por Francisco? Por lo pronto, puede arriesgarse que hay un intercambio de mensajes entre el Vaticano y la Rosada. La Presidenta parece corresponder a la desaparición del fantasma que más temía: el jefe de los obispos argentinos, monseñor José Arancedo, le confirmó que la agenda del Papa no incluye visitar la Argentina antes de las legislativas de octubre. (...)".

 

 

Mariano Obarrio le sumó algunos datos a la 'papización' de Cristina, desde el diario La Nación:

 

"(...) Ese día, el jueves 14 de marzo, la Presidenta recibió una encuesta de la publicista Doris Capurro que indicaba que Bergoglio, con los atributos de papa, tenía una imagen positiva del 93%. El apuro en alcanzar ahora acuerdos con la Iglesia obedece a la necesidad de congraciarse con una figura popular y que aquella vieja disputa no perjudique al Gobierno en las elecciones legislativas del 27 de octubre.

 

En esos comicios, la Presidenta se juega su futuro político, la reforma de la Constitución y su proyecto de segunda reelección en 2015.

 

"Es cierto que se busca consenso de todos para reformar el Código Civil. Se tomará el tiempo necesario.Luego de Semana Santa [la semana próxima] nos reuniremos con el Episcopado", señaló a LA NACION una fuente cercana a Olivos. La diputada kirchnerista Diana Conti les anticipó la semana última a sus pares del Congreso que el proyecto sería estudiado con más cuidado.

 

La Iglesia objeta algunos aspectos de los 2600 artículos del proyecto oficial de reforma del Código Civil y Comercial. Los principales son:

 

> El divorcio lo podrá pedir sólo uno de los cónyuges, sin justificarla, y no esperar tres años. La infidelidad no sería causal de divorcio.

 

> Los esposos no estarán obligados a compartir un mismo domicilio.

 

> Las parejas hetero y homosexuales tienen los mismos derechos para la adopción y fertilización.

 

Otros puntos que la Iglesia impugnaba y el Gobierno ya descartó del proyecto original son:

 

> Alquiler de vientres: permitía gestar hijos en mujeres ajenas.

 

> Fecundación: se podrían implantar embriones gestados luego de la muerte del hombre. Desde siempre, la Iglesia sostiene que existe vida humana desde la concepción y rechaza la eliminación de embriones no implantados en un seno materno. El Gobierno aceptará este principio.

 

El acuerdo sobre el Código Civil sería clave para que Francisco visite la Argentina en noviembre, la nueva aspiración de la Casa Rosada luego de que el Papa anticipó que no vendrá antes de las elecciones. A Cristina, que quería darle trato de visita de Estado durante la campaña, le gustaría por lo menos anunciar la visita antes de los comicios.

 

En Balcarce 50 señalan que la mandataria estrechará su relación con Arancedo. La expectativa ahora se centrará en el nombre del nuevo arzobispo titular de Buenos Aires, silla que dejó vacante el papa y que el mismo Francisco designará.

 

En el nuevo escenario de confraternidad vaticana, Cristina Kirchner adoptará un discurso conciliador hasta las elecciones. Anteayer instó a "dejar de lado el odio". (...)".

 

 

Eduardo van der Kooy, desde el diario Clarín, también abordó el tema:

 

"(...) La política exige, a veces, cierto travestismo. Pero quizás no hacía falta tanto.

 

Los camporistas cambiaron exabruptos por homenajes y la vigilia nocturna junto a pobladores de una villa para aguardar la entronización de Francisco.

 

El macrismo, que suele abastecerse de clases medias y altas, demostró en ese sentido mayor sensibilidad y olfato.

 

Colocó a la Ciudad como un gran escenario a la distancia para celebrar la asunción del nuevo Papa. Lo convino discretamente con el Arzobispado. Fiesta en la Plaza de Mayo, Catedral de puertas abiertas y asueto escolar. Paradojas de la enrevesada realidad nacional: cuatro provincias gobernadas por peronistas (Formosa, Chaco, Santa Cruz y La Rioja), siguieron esos pasos.

 

La Presidenta pareciera estar asomándose ahora a un nuevo reto.

 

¿Cómo capitalizar la onda de serenidad y esperanza que expandió la coronación de Bergoglio como Papa? ¿Cómo darle además una traducción electoral?

 

Los cristinistas más entusiastas suponen que podría reeditarse el 2011, cuando al hondo dolor por la muerte de Kirchner la Presidenta añadió en la campaña electoral un mensaje apaciguador. La realidad demostró luego que se había tratado de una estratagema. Apenas ganó proclamó desde una tribuna el famoso “Vamos por todo ”, e inició una carrera desenfrenada de confrontaciones y batallas. Regaló, en síntesis, parte de su credibilidad.

 

Aquel presupuesto tampoco encajaría con la lógica política que sigue Cristina. Aunque está visto que todo puede variar en un periquete. Lo demuestra su discurso. La democratización de la Justicia –que apunta a su colonización– instaló una inevitable pelea. Ninguno de los proyectos de reforma que anunció llegaron aún al Congreso. También el intento de ahogo económico contra los medios de comunicación que no son adictos, augura nuevos conflictos. Ni hablar de los globos de ensayo oficiales para reformar la Constitución y habilitar la re-reelección.

 

Esos antecedentes no serían los únicos escollos. El liderazgo doméstico de Cristina, quiérase o no, será sometido desde ahora a la comparencia de un liderazgo universal como el que empezó a ejercer Francisco.

 

Un liderazgo que no tendría puntos de contacto éticos y morales con el que practica ella. (...)".