La gran duda con el dólar libre a $ 6,80: ¿Y las reservas son las que dicen?

El cepo cambiario ha resultado un enorme error gubernamental. Provocó una suba artificial del dólar libre, que distorsiona una ya distorsionada estructura de precios relativos. ¿Por qué el Banco Central no disputó ese mercado, pequeño, del dólar libre para vacaciones de invierno, y permitió una burbuja difícil de revertir en el futuro? Hay quienes afirman que la realidad es que el nivel de reservas del BCRA le impide disputar la paridad en el mercado libre.





CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La sospecha es terrible: que el Banco Central se encuentra más indefenso de lo que se cree, en materia de reservas internacionales.
 
Ese sería el motivo por el que el Banco Central estrechó el cepo cambiario en vísperas del mercado vacacional de invierno y, en vez de disputar la paridad marginal, toleró una huída que, ahora, provoca polémica política interna en la Administración Cristina, y un temor a cómo impactará en la formación de precios de la economía real.
 
De lo contrario, algunos no comprenden la magnitud del error gubernamental, permitiendo un dólar libre superior a $ 6,50 y cercano a $ 7,00, conociendo que cuando se establece un nuevo escalón es muy complicado luego revertirlo. En cualquier caso, el mercado, que considera exorbitante el dólar superior a $ 6,50, sin embargo convalida como nueva paridad libre a partir de $ 6,00. El Banco Central se autopromete que en octubre, cuando ingresen dólares, se tomará revancha pero nadie en su sano juicio puede, en julio, aventurar cómo será octubre en el volátil escenario local y global.
 
Sin embargo, hay quienes afirman que el problema es muchísimo más complejo, involucra otras magnitudes de dinero. Y hay dudas sobre el funcionamiento futuro del mercado desdoblado que tanto pedían Axel Kicillof, Guillermo Moreno y Mercedes Marcó del Pont (ninguno de ellos puede hablar ahora de complot o algo semejante). 
 
Los agentes económicos, en su mayoría, creen que o el Banco Central acelera el ritmo de devaluación del peso en el mercado oficial de cambios (donde la paridad es US$ 4,59) o se prepara para todo tipo de intentos de maniobras irregulares para aprovechar la enorme brecha resultante, del 48%. No existe convencimiento de una 3ra. posibilidad y menos que resulte hoy día favorable a la autoridad monetaria.
 
La situación ocurre, vale la pena recordar, con una soja en precio global récord, algo que debería asegurar una balanza comercial superavitaria y una posición cambiaria tranquila para la economía argentina.
 
Acerca de la mala praxis de la Administración Cristina, importante un trabajo distribuido por la consultora Economía & Regiones:
 
"Las últimas medidas del BCRA apuntan a profundizar el carácter expansivo de la política monetaria y oficializar las restricciones en el mercado de cambios. 
 
Es decir, por un lado se limita aún más la demanda de moneda extranjera y por el otro, se intenta impulsar el crédito (creación secundaria de dinero) y oxigenar las finanzas públicas nacionales (creación primaria). 
 
Medidas que combinan el aumento de la oferta de dinero, con el intento de apuntalar coercitivamente la demanda de pesos. Queda latente el riesgo estanflacionario implícito en las (sistemáticas) políticas de incentivo a la demanda con una oferta agregada en desaceleración. 
 
Paralelamente, como la demanda de pesos no estaría respondiendo, la expansión monetaria desemboca en el mercado del dólar blue, agrandando la brecha entre el dólar oficial y el paralelo (que ya supera el 50%).
 
Con respecto al mercado de cambios, la autoridad monetaria eliminó la posibilidad de adquirir divisas para atesoramiento entre otras regulaciones vinculadas a la adquisición de moneda extranjera para viajes y otros fines, además de establecer el 31 de octubre, como fecha límite para la autorización de la compra de dólares para operaciones inmobiliarias.
 
Si bien en los hechos la restricción al atesoramiento de dólares ya se encontraba vigente, las últimas medidas acelerarían la salida de depósitos en dólares que se había detenido a la mitad a fin de Junio (pasando de un retiro promedio diario de US$ 128 millones a inicios de junio a un rango de US$ 60 millones/US$ 70 millones hacia fin de mes).
 
A pesar de que en términos agregados los depósitos en dólares representan una porción menor de los depósitos totales (U$S 10.500 millones, lo que equivale al 9,6% de los depósitos totales), tienen una importancia determinante en la financiación de los sectores exportadores. 
 
Ante la caída de los depósitos en dólares, los préstamos a exportadores se canalizarían mediante créditos en pesos. Este efecto sustitución sumado a la estacionalidad en demanda de préstamos de Junio por el pago del aguinaldo, generaron un significativo aumento del crédito privado que anualizado ascendería a 52% año contra año.
 
Por su parte, los depósitos en pesos del sector privado mantuvieron firme su ritmo de crecimiento. 
 
Por ende, la aceleración del crédito en pesos, combinada con una dinámica estable de los depósitos, comenzó a erosionar la liquidez de las entidades y a presionar las tasas de interés al alza. Así, la tasa pagada por los bancos privados por sus plazos fijos mayores a $ 1 millón (tasa Badlar privada) pasó de promediar 11,7% en mayo a superar el 13% a fines de junio.
 
En lo respecta a la cotización del dólar blue, esta medida no tuvo un impacto inmediato en el mercado del paralelo durante la semana de los anuncios. 
 
Sin embargo, durante los primeros días de la semana siguiente el dólar alcanzó prácticamente los $7 forjando una brecha con el oficial mayor al 50%; como consecuencia de la estacionalidad de la demanda de dólares de las vacaciones de invierno, del aguinaldo y -marginalmente- de las intensificación del cepo cambiario.
 
Por otra parte, el BCRA emitió un comunicado que obliga a las principales entidades financieras a destinar el 5% de los depósitos que reciben del sector privado a créditos para inversión productiva, a una tasa fija del 15% y un plazo no menor a tres años. Se estima en $15.000 millones (0,8% del PIB) el monto total que tendrán que colocar las entidades financieras antes de fin de año, de los cuales la mitad obligatoriamente deberá destinarse a financiar empresas PyMEs. 
 
Estas financiaciones, que deberán estar adjudicadas antes del 31 de diciembre, tienen que ser destinadas a la adquisición de bienes de capital y proyectos de inversión y no para prefinanciar exportaciones o capital de trabajo.
 
Esta medida intenta revertir la floja performance de la inversión privada que -según las estadísticas oficiales del primer trimestre del año- se incrementó sólo un 2,8% a/a; mientras que el año pasado lo hacía a una tasa promedio de 16,6% a/a. 
 
El problema es que el deterioro de esta variable clave no pasaría hoy por falta de crédito, sino por la incertidumbre reinante en materia de política económica, por las trabas a las importaciones y por las propias restricciones a la compra de dólares con desdoblamiento cambiario.
 
En lo que respecta al financiamiento al Tesoro, el Central otorgó adelantos transitorios por $ 6.000 millones haciendo uso de la reforma de la Carta Orgánica de principios de año.
 
Hasta junio inclusive, el stock de adelantos ya se ubicaba en $ 75.500 millones, lo que equivale al 85% del límite prestable sin la reforma de la Carta Orgánica y al 51% con la reforma). 
 
Con la aprobación del Central, el stock alcanzó los $ 81.500 millones durante la 1ra. semana de Julio, con un margen prestable de otros $ 70.000 millones para los próximos 5 meses. 
 
En lo que va del año el BCRA ha emitido unos $ 14.400 millones en concepto de utilidades y adelantos para financiar al Tesoro; lo que representa aproximadamente una expansión de la base monetaria del 7% respecto de Diciembre ’11 para esa finalidad.
 
Por último, el BCRA también autorizó el uso de US$ 4.165 millones más de reservas de libre disponibilidad para la cancelación de deuda del Tesoro. De este total, US$ 2.568 millones serán destinados a cancelar las obligaciones con tenedores privados durante el 3er. trimestre, mientras que los US$ 1.597 millones restantes son para la cancelación de vencimientos con organismos multilaterales de los primeros 9 meses del año. 
 
En términos anuales, el uso de Reservas aprobado por el BCRA asciende a los US$ 7.800 millones, instrumentado a través de dos letras intransferibles.

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