Cristina vs. Scioli: El ajuste vs. $ 1.000 millones más

Durante los próximos días, todo seguirá igual: el kirchnerismo intentando devorar a Daniel Scioli, y éste buscando sobrevivir. La cuestión de fondo es el ajuste a las provincias que se impone como necesidad de la Nación en una hipocresía que, todavía, los gobernadores (varios de ellos muy "pollerudos"), aceptan sin murmurar aunque la realidad comienza a cercarlos.





CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).  Los de Daniel Scioli afirman que hay tregua entre la Casa Rosada y la Gobernación bonaerense.
 
No es lo que dicen los del kirchnerismo cristinista, quienes anticipan una nueva ofensiva contra las finanzas del gobernador bonaerense.
 
Medios dominicales permiten conocer ambos enfoques.
 
José Picon, en el panorama político bonaerense del diario El Día, de la capital provincial, La Plata, expone el enfoque de la tregua precaria y explica en qué consiste el pedido de Scioli a Cristina (otros $ 1.000 millones más):
 
"Nadie se atreve apostar cuánto podría extenderse esta especie de tregua implícita que anudaron vía telefónica en las últimas horas Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Scioli. Quizás sea el plazo que necesite la Provincia para terminar de delinear el fuerte ajuste del gasto que le reclamó insistentemente y por distintas vías la Nación y el tiempo que demande su posterior convalidación en la Legislatura. Pero aún con una fuerte dosis de precariedad sostenida en los antecedentes de esa sinuosa relación, la charla abrió al menos un dique de contención para una disputa política que comenzaba a transitar un sendero sin escalas rumbo a un enfrentamiento de consecuencias imprevisibles.
 
Aquél contacto en el más alto nivel gubernamental llegó como un bálsamo luego de una semana en la que volvió a quedar expuesta con toda crudeza y virulencia la divisoria de aguas que separa al kirchnerismo de Scioli. Aterrizó además en un convulsionado escenario político, en el que incluso se ventilaron versiones sobre una supuesta expresión de deseos de la Casa Rosada, luego desmentida, de desalojar al gobernador del Ejecutivo provincial.
 
Nada es casual desde que Scioli cristalizó cierto gestos de independencia política del kirchnerismo. Luego de que blanqueara sus aspiraciones presidenciales y se reuniera con dirigentes del peronismo ubicados al tope de la lista de los vetos políticos K, la embestida que despuntó en diciembre apenas asumido su segundo mandato alcanzó rápidamente vigor y voces siempre dispuestas a amplificarle volumen.
 
La falta de fondos para pagar el aguinaldo a 550 mil trabajadores estatales expuso con inusitada crudeza esa disputa y, al mismo tiempo, las debilidades financieras de la principal provincia del país. ¿Puede que el creciente malestar social generado por esa polémica medida y reflejado en las encuestas haya empujado tanto a Scioli como a Cristina a abrir un paréntesis en esa pulseada?. Ayer, por lo pronto, surgieron algunas señales en esa dirección.
 
La Casa Rosada habría revisado su estrategia de cortar en 1.000 millones el auxilio financiero al Gobernador que le resultaron insuficientes para evitar el desdoblamiento salarial. No habría nuevos fondos frescos, pero el Banco Central le compraría a la Provincia bonos nacionales que vencen en 2018 que le reportarían al Estado bonaerense al menos otros 1.000 millones de pesos. Con ese ingreso, Scioli se haría de los recursos para pagar casi en su totalidad el aguinaldo a los empleados estatales, docentes y policías en las próximas semanas, y achicar en el tiempo la cancelación en cuotas que generó la ira de los sindicatos.
 
Por eso el mandatario habló de la “predisposición de la Presidenta para trabajar juntos” y anticipó que analiza para pagar el aguinaldo “lo antes posible”. (...)".
 
 
No está de acuerdo Horacio Verbitsky, desde el paraestatal Página/12: hay diferencias políticas entre Cristina y el gobernador (en verdad, es una cuestión de poder pero el periodista/presidente de CELS eleva esa competencia al rango de disputas políticas...). Verbitsky, quien de economía conoce poco y nada, fue informado por la Nación de los números bonaerenses y los interpreta 'a lo Mariotto'. Él presenta un escenario propicio a nuevas embestidas porque, a ojos del kirchnerismo cristinista, todo lo que hace Scioli está mal, y no le adeudan la mayoría de los votos de 2003 y los triunfos de 2007 y 2011. Obsérvese que cuando hay que fundamentar porqué Scioli no pudo colocar la deuda, Verbitsky menciona las crisis de Grecia y España y no la derivada de la expropiación de YPF (¿...?):
 
"Sin duda, entre la presidente Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador bonaerense Daniel Osvaldo Scioli hay una disputa política. Pero por importante que fuera la denominada batalla por la sucesión, existen dos constelaciones opuestas de alianzas e intereses. Esta confrontación objetiva es mucho más importante que el destino de la publicidad que DOS deriva a los medios que en forma sistemática denigran a CFK o que los fondos que destina a festivales en los que despliega su cotillón electoral naranja. La discrepancia se refleja en rubros centrales de los respectivos gobiernos, que van desde la política de seguridad hasta la estructura impositiva de cada jurisdicción, que determina quiénes sufragan y en qué proporción el funcionamiento del Estado. Esto explica por qué el deportista de Villa La Ñata es tan querido por quienes recelan de la presidente, desde los grandes medios hasta las compañías transnacionales, los mayores exportadores, el sector financiero, las patronales agropecuarias y los líderes sindicales que representan a los trabajadores de más altos ingresos.
 
El deterioro fiscal bonaerense comenzó con la asunción de Scioli y se profundizó desde 2009, con un creciente déficit, que cubrió con endeudamiento tal como hacía la Argentina en la década de 1990. En el cuatrienio 2008-2011, mientras el resto de las provincias incrementaron su recaudación en 7.500 millones de pesos, Buenos Aires mermó la suya en 13.500 millones. Lo compensó con un incremento del 64 por ciento de su deuda, contra 25 por ciento del resto del país, al mismo tiempo que la Nación se desendeudaba. En vez de incrementar la presión tributaria, como el resto de las provincias, Scioli extrae recursos a los más pobres, con el impuesto a los ingresos brutos, y subsidia a los más ricos, mediante la baja imposición del inmobiliario rural y los subsidios que paga a quienes no lo necesitan. Cuando Alejandro Arlía aún ocupaba la cartera económica, Scioli presentó un presupuesto para 2012 que sólo cerraba sobre la base del endeudamiento, es decir aquello a lo que en forma persistente se niega el gobierno nacional para sus cuentas, pese a las presiones de todo tipo que recibe. En mayo, el Monitor Fiscal que publica la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia estimaba “un resultado financiero deficitario para 2012 de $ 12.455 millones”, o el 1,7 por ciento de su Producto Bruto Geográfico.

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