El pacto de silencio entre Hebe de Bonafini y Sergio Schoklender

Códigos familiares de un vínculo íntimo rasgado por el escándalo. Revista Noticias revela el origen carcelario de una compleja relación filial, política y económica.



A partir de los allanamientos a distintos domicilios vinculados con Sergio Schoklender y con la investigación sobre su crecimiento patrimonial en marcha, se está investigando todo el entramado que une al gobierno nacional con la Fundación Madres de Plaza de Mayo por la construcción de viviendas sociales.

Pero además de la causa que tiene en vilo a la opinión pública, el escándalo dejó entrever la particular relación que une a la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y el ahora ex apoderado de esa institución.

Por el momento, ella prefirió el silencio. Por su parte, él intentó dar algunas explicaciones pero evitó referirse directamente a Hebe.

Y aunque algunos creen que una mujer como Bonafini no podría haber dejado de advertir los extraños manejos de Schoklender con la Fundación, desde su círculo íntimo aseguran: "Hebe no se enteraba de nada, él hizo a sus espaldas".

Amor y espanto. Se conocieron el 22 de febrero de 1993 en la cárcel de Caseros. Habían pasado casi 12 años desde el brutal asesinato de sus padres y Sergio purgaba su condena, mientras que su hermano Pablo  -que había sido liberado y vuelto a condenar- se había fugado a Bolivia.

El trabajo de Sergio por la escolarización de los presos en el Penal de Caseros se hacía cada vez más conocido y Hebe quiso visitar el Centro de Estudios. Se negó a ser requisada antes del ingreso y resistió agarrada de los brazos de Sergio a través de los barrotes.

"Cuando nuestras manos se apretaron no sentí la reja porque el milagro se había concretado", escribió Bonafini en el prólogo de Infierno y resurrección, el libro que Schoklender escribió tras su liberación.

Hebe había escuchado atentamente las versiones que aseguraban que el crimen de los Schoklender no había sido intrafamiliar sino que estaba relacionado con el almirante Emilio Massera, estrechamente vinculado con Schoklender padre.

Es por eso que la titular de Madres comenzó a visitar cada vez con más frecuencia a ese chico y hasta le separaba una porción durante las comidas familiares, que luego le llevaba a Sergio a la cárcel.

Un año y medio después del primer encuentro, estaba decidida: para sus 36 años le escribió una carta para que se mudara con ella cuando fuera liberado. Ese día se cumplían también 13 años del doble crimen. 

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