Aún con el bono de fin de año, caerá el salario y no repuntará el consumo

El bono puede alcanzar los $2.000 sugeridos, pero aún así, el salario real caerá 5% este año, por lo que se estima que el bono tendrá un leve impacto en el consumo.



Pese al bono salarial y la eximición parcial del impuesto a las Ganancias anunciados por el Gobierno de Mauricio Macri para fin de año, se entiende que los consumidores tienen una conducta de compra más inteligente y no habrá un boom de consumo.
"Distintas empresas empiezan a encontrar el piso en la caída, principalmente a las grandes cadenas de retail, pero les está costando identificar la curva ascendente", dijo Mariano Lamothe, economista de 'Abeceb', quien espera que la sumatoria del efecto de fin de año y la baja de tasas de interés empiece a cambiar el humor de los consumidores para que haya un mejor diciembre.
El año está perdido en términos de consumo (en julio y agosto, las ventas en supermercados cayeron en promedio 10% en términos reales y en los centros comerciales, 15%). "El bono no hace una gran diferencia. Pero ayuda si le agregás el impuesto a las Ganancias y el aguinaldo", dijo Lamothe.
Para la consultora 'CCR', es necesario conocer el importe y la extensión del bono. Para las Fiestas, espera no tanto un derrame en el consumo masivo como que dejen de decrecer algunos rubros. Y en el último trimestre, que se frene la baja en el consumo si el aumento de precios se desacelera.
"El paquete navideño no es equivalente al aguinaldo de julio, porque en las Fiestas hay otros gastos que algunos consumidores se ven obligados a hacer, como las cenas y los regalos. La base de la pirámide se priva de muchas cosas y quiere retomar el consumo de lo que necesita y no puede comprar. El derrame será menor, porque el comprador se puso inteligente y es difícil volver atrás", dijo Patricia Sosa, directora comercial de 'CCR', según el diario 'El Cronista Comercial'.
Según calculó el IERAL de la Fundación Mediterránea, con un bono de $2000 que se pague a todos los trabajadores, incluyendo a los alcanzados por el impuesto a las Ganancias (considerando una suba salarial de 32% y una inflación del 40%) implicará que un asalariado casado con dos hijos que cobra $13.000 mensuales brutos en 2016 verá caer un 4,3% anual su salario real de bolsillo. Con ingresos de $26.000 mensuales, la baja en su poder adquisitivo será de 5%. En cambio, un asalariado que es alcanzado por el impuesto a las Ganancias tendrá una mejora en su poder adquisitivo de entre 4 y 6%.
"El consumidor ha aprendido a la fuerza a hacer múltiples estrategias, de migración de marcas, a comprar ofertas. Este comprador inteligente, a pesar de que empiecen tiempos de bonanza, no creemos que se aleje de este comportamiento tan bruscamente. Sobre todo en la base de la pirámide, donde no les alcanza, y tener este aliciente económico les permite comprar lo que necesita de forma mínima. La clase alta se previene, porque no quiere dejar de darse las gratificaciones personales. La compra inteligente se va a prolongar", agregó Sosa.
En tanto, Lamothe coincidió: "Cambió estructuralmente el modelo económico y la cabeza del consumidor. Antes, el salario crecía por encima de la inflación, había crédito al consumo a 12 cuotas y no había riesgo de desempleo, y el consumidor venía con niveles de consumo elevado y adelanto. Ahora te suben las tasas, la inflación se acelera, perdiste poder adquisitivo y se agregaron las tarifas de servicios públicos. Recién ahora la gente sabe cuánto es su ingreso disponible, porque hubo una gran incertidumbre con las tarifas. Hubo un reacomodamiento de las estructuras familiares y una conducta de esperar y ver".

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