Vaticano: "Fueron 22 minutos de diálogo protocolar" (con CFK, 1 hora 45 minutos)

Mauricio Macri dijo: "Estoy muy contento con la reunión. Fue volver a reencontrarnos dos viejos conocidos en un rol que era imposible de imaginar algunos años atrás: él obispo de Buenos Aires y yo alcalde de la Ciudad; y hoy él Papa y yo representando a todos los argentinos". También: "Tuvimos una agenda de conversación sobre el momento que se vive en la Argentina y las cosas que pasan en el mundo y ratificar la vocación de que para aquello que podamos colaborar en conjunto, estar en contacto como corresponde a la relación de años que tenemos". La visión del Vaticano parece ser algo diferente, menos cálida.



por ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD DEL VATICANO (Vatican Insider). Sin chistes de ocasión, sin miradas cómplices ni sonrisas distendidas. Así fue el primer encuentro entre el papa Francisco y el presidente de Argentina, Mauricio Macri. Apenas duró 22 minutos el coloquio privado entre ambos, la mañana de este sábado en la biblioteca personal del pontífice en el Palacio Apostólico. Al final hubo un sobrio intercambio de regalos y una foto institucional.
Macri llegó al Patio de San Damaso a las 9:30 horas. Allí lo esperaba un piquete de la Guadia Suiza Pontificia, la bandera argentina izada en el mástil, una línea de gentilhombres del Papa y el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gaenswein. Del auto principal bajó con su esposa, Juliana Awada. En vehículos aparte arribaron los miembros de la delegación.
En total 10 personas: el jefe de Gabinete Marcos Peña, la canciller Susana Malcorra, los secretarios de Culto y de Planeamiento Estratégico, Santiago de Estrada y Fulvio Pompeo, respectivamente. Con ellos tres gobernadores, dos de oposición: Rosana Bertone, de Tierra del Fuego; yJuan Manuel Urtubey, de Salta. Además de Alfredo Cornejo, de Mendoza.
Todos ellos fueron acompañados por los gentilhombres papales hasta el piso diplomático. En la Sala del Troneto tuvo lugar el primer saludo mutuo.“Buenos días señor presidente, ¿cómo le va?”, dijo el Papa. “¿Cómo está Francisco? Un gusto”, replicó el mandatario. Y, en italiano, el líder católico invitó a entrar con un “avanti”.
Ya adentro de la biblioteca ambos se sentaron ante un gran escritorio de madera. Allí mantuvieron un cara a cara de 22 minutos. Evidentemente escasos, incluso en comparación con otros presidentes latinoamericanos: Con el mexicano Enrique Peña Nieto se extendió por 25 minutos, pasó media hora con Ollanta Humala de Perú o Dilma Rousseff de Brasil; 45 minutos con el uruguayo José Mujica, cuando todavía estaba en funciones, y un tiempo similar con Michelle Bachelet, de Chile. Mucho más largos fueron los encuentros con la antecesora de Macri, Cristina Fernández de Kirchner. Con ella almorzó en dos ocasiones. La última gran reunión, en el Aula Pablo VI, se extendió por espacio de una hora y 45 minutos.
Volviendo a la conversación de este sábado, tras el diálogo privado el Presidente introdujo a la comitiva que lo acompañaba. A todos Bergoglio saludó de mano, salvo a Bertone a la cual dio un beso en la mejilla y trató con más familiaridad. Luego tuvo lugar el intercambio de regalos. Macri obsequió un poncho marrón, atuendo tradicional argentino, una cruz de matará (que recuerda la evangelización en el país) y una docena de discos compactos con música folclórica nacional.
En cambio recibió un medallón con la imagen de un árbol de olivo partido al medio y unido por una rama, acompañado por la inscripción: “Busca lo que une, supera lo que divide”.
“Me gusta regalar este medallón a los jefes de Estado, que en el medio está separado por algo que no funciona pero lo une el olivo. Es lo que le deseo a todos ellos”, señaló el Papa, quien además obsequió copias de su exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” y de su encíclica “Laudato Sii”. 7 minutos duró ese momento.
Tomada la foto oficial, el presidente se reunió  -también en privado- con el“N°2” del Vaticano, el secretario de Estado, Pietro Parolin, quien estuvo acompañado por el responsable para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher.
El coloquio fue calificado como “cordial” por la sala de prensa de la Santa Sede, que reveló los temas “de mutuo interés” tocados en la reunión: “La ayuda al desarrollo integral, el respeto a los derechos humanos, la lucha a la pobreza y al narcotráfico, la justicia, la paz y la reconciliación social”.
“En tal contexto ha sido subrayada la positiva contribución, sobre todo en el ámbito de la promoción humana y de la formación a las nuevas generaciones, ofrecida por el episcopado y por las instituciones católicas en la sociedad argentina, de manera particular en la coyuntura económica actual. Por último se hizo referencia a algunos temas de mayor relevancia e interés en el ámbito regional y mundial”, añadió la declaración vaticana.
Por su parte, en una conferencia de prensa, Mauricio Macri se mostró “muy contento” por la reunión “de dos viejos conocidos”. Aseguró que ambos recorrieron “una agenda del actual momento argentino” y expresaron su voluntad de “colaborar en conjunto”. Añadió que abordaron también la preocupación de su gobierno por unir a los argentinos, dejar atrás las disputas, atacar la pobreza y el narcotráfico.
Reconoció que hablaron “en general” sobre estos asuntos y que el Papa subrayó la importancia de recuperar la cultura del trabajo, “la educación de los chicos” y el deporte. Además el mandatario invitó formalmente a Francisco a viajar a su país y este le respondió que en 2016 sería imposible porque su agenda no se lo permite, pero que “en la primera ocasión útil lo hará”.

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