Cae el empleo, baja el consumo: Complicados

"La caída que se viene registrando en el nivel de empleo tendrá también un impacto en el comportamiento del consumo", advirtió la consultora Massot & Monteverde.



por AGUSTÍN MONTEVERDE
CIUDAD DE BUENOS AIRES (InC). Los indicadores sobre actividad industrial, tanto oficiales como privados, dan cuenta del comportamiento recesivo.
> Al Presidente le preocupa el aumento de la desocupación y ha pedido a algunos ministros que le acerquen propuestas para oxigenar la actividad.
> Se está analizando la posibilidad de mantener el programa Ahora 12, que debía culminar el 31/03.
También se evalúa reponer el REPRO (Programa de Recuperación Productiva), que provee a los trabajadores de las empresas que adhieren una suma fija no remunerativa por hasta 12 meses, destinada a completar el sueldo de su categoría laboral.
Para acceder a este beneficio las empresas deben acreditar la situación de crisis por la que atraviesan y un plan acción que incluye el compromiso comprometerse de no despedir personal.
> Esas medidas constituyen apenas aspirinas frente a los problemas que afectarán la demanda agregada, y consiguientemente la actividad, durante el corriente año.
En 1er. lugar —y tal como lo anticipamos en diciembre pasado— el consumo privado presenta una perspectiva negativa, amenazado por varios factores: inflación, presión tributaria, tasas altas de interés, recorte de subsidios.
> Por otro lado, al quedarse a mitad de camino el sinceramiento cambiario, la persistencia de un dólar atrasado genera una suerte de efecto pobreza en aquellos particulares que mantuvieron ahorros en moneda extranjera.
> En cuanto a las paritarias, consideramos que el promedio de los incrementos salariales que se pactarán no alcanzará la inflación del ejercicio (como ya advertimos en diciembre, consideramos muy difícil que la inflación real se ubique por debajo de 35%).
> La caída que se viene registrando en el nivel de empleo tendrá también un impacto en el comportamiento del consumo.
> Aunque en diferente medida, vuelven a observarse algunos de los componentes de la economía recesiva del año 2000, a poco de asumir De la Rúa: subas en bienes y servicios de demanda inelástica (energía), tasas altas y aumento de la presión tributaria sobre el bolsillo de los consumidores.
Mientras el peso del Estado en la economía no ceda, el combate a la inflación dependerá exclusivamente del esfuerzo del Banco Central.
> El recurrir exclusivamente a la herramienta monetaria para apagar la inflación, además de ser insuficiente, provoca un crecimiento acelerado del déficit cuasifiscal.
> Pero a los fines del análisis que estamos realizando aquí tiene otro efecto no menos nocivo: encarece y restringe el crédito, dañando tanto al consumo como a la producción.
> En cuanto a la demanda externa, las acertadas medidas tendientes a promover la exportación pueden ser malogradas por el deterioro del contexto global.
En Brasil se espera una caída de entre -3% y -3,5% para este año.
> Se carece de datos confiables sobre la real situación de la economía china pero queda claro que está viviendo un proceso de ajuste relativamente traumático.
No se avizoran mejoras significativas en los precios de nuestros exportables.
> Del lado del sector público no debieran esperarse buenas noticias para la demanda agregada.
> Aun cuando las medidas para reducir el déficit fiscal han sido muy pobres hasta el momento, cabe esperar que en los próximos meses se observará una acción más decidida para encarrilar el gasto estatal.
> Algunas provincias y municipios favorecidos por giros discrecionales del gobierno kirchnerista deberán ahora acotar sus gastos en forma consistente con los menores ingresos esperados.
La inversión, por su parte, no ofrece un panorama claro.
> Por un lado, el mejor clima de negocios debiera impactar favorablemente en el volumen de inversiones.
> El relajamiento de las restricciones para acceder a divisas y para girar dividendos tiene un papel clave.
> Y un acuerdo satisfactorio con los acreedores en Nueva York sería determinante en este sentido.
> Pero, en tanto no se alcance tal acuerdo, la calificación subestándar de nuestra deuda y la consiguientemente elevada tasa de retorno de capital exigida por los inversores restringirán el volumen de capitales ingresantes.
> Por otro lado, el enrarecimiento del entorno económico mundial no colaborará a la mejora de los flujos de inversión extranjera.
> Por último, debe tenerse en cuenta que la inversión en capital productivo tiene un papel crítico como motor de crecimiento a mediano y largo plazo pero es más limitado en lo inmediato.

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