El derrumbe del consumo limita una mayor inflación

El fin de enero podría llegar con una buena noticia para el Gobierno: muchas empresas empiezan a revisar sus planes de aumentos de precios previstos para el mes próximo e incluso en marzo.



Por Virginia Porcella


La contracara, claro, es una mala noticia: la decisión se basa en los números de ventas de las últimas semanas los cuales indicarían un fuerte impacto negativo en el consumo. Las cifras son preliminares y, aunque es pronto, en muchas compañías creen que la tendencia ya está marcada para el primer trimestre e incluso todo el semestre.
El rubro alimentos y bebidas es, tal vez, el más sintomático. Si bien durante los últimos seis meses del año pasado se venía registrando un repunte en este segmento, a partir de diciembre la recuperación se frenó y el año cerró con una baja estimada en 1%, caída que se habría profundizado en el arranque de enero.
“Las ventas no vienen nada bien, aunque esperamos que no sea así todo el año. En diciembre, cuando nos juntamos con el Gobierno nos pidieron que no aumentáramos los precios y no lo hicimos, salvo algunos pocos productos que entran en Precios Cuidados. El plan era aplicar una suba recién en febrero, pero sería un disparate aumentar los precios con este nivel de ventas”, aseguraron en una empresa de bebidas.
Un análisis similar hacen en el rubro de farmacias y medicamentos, donde el proceso fue inverso el año pasado: las subas fueron menores al 15% hasta octubre, pero a partir de ahí la dinámica cambió y los laboratorios aplicaron fuertes alzas. “Cerramos el año 40% por debajo de nuestras proyecciones y, claramente, eso implicará una fuerte corrección de metas para este año”, explicaron en una de las principales cadenas del sector. En marzo se analizaría la viabilidad de aplicar futuros ajustes.
Paritarias. La renegociación salarial será un dato clave. De marzo a junio regiría la fórmula “precio nuevo/salario viejo” si se aplicaran nuevos aumentos antes del cierre de paritarias y de que se recupere el poder adquisitivo. Esto podría hacer que algunos precios se terminen acompasando al ritmo de los ingresos de bolsillo. La modificación del Impuesto a las Ganancias inyectaría recursos en un sector clave para el consumo.
“En una dinámica de elevada inflación en un proceso post-devaluatorio, es clave el impacto de las paritarias y el nivel de acuerdo. En función de cómo resulten es que los hogares reasignan y resignan gastos y consumos, tanto en marcas como en categorías”, sostiene Ariel Martínez, country manager de la consultora Kantar World Panel, para quien no habrá expansión del consumo en el primer semestre. En la misma línea, Emiliano Schwartz, gerente de negocios de CCR, explica que “el último trimestre del año pasado se intentó sostener el consumo a base de una guerra de descuentos y promociones, a los que recurren 98% de los consumidores. Marzo será el momento clave, con tendencias más claras”.
Ventas vs. rentabilidad
En la industria automotriz, tal vez el sector más expuesto a la devaluación, también están por estos días recalculando la dosificación de los aumentos.
Las terminales acaban de aplicar una suba de hasta 15% en los precios que afecta a 95% del mercado y no descartan nuevos retoques entre 6% y 10% en los próximos meses. Pero, admiten, eso podría implicar resignar ventas. “Tenemos que ver cómo reacciona el mercado. Si no acompaña con nuevos precios, cada empresa tendrá que elegir si pierde ventas o si pierde rentabilidad. En cualquier caso, esperamos un primer semestre de caída”, aseguran en una marca líder en la que apuestan todo al segundo semestre para salvar el año.
(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.

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