Once: Una testigo dijo que el motorman se quejó de los frenos

En su declaración testimonial, una de las sobreviviente de la tragedia de Once aseguró este martes, en el marco del juicio oral por el siniestro, que oyó al motorman Marcos Córdoba quejarse porque los frenos del tren de la exlínea Sarmiento que se estrelló en la cabecera "no funcionaban".


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En su declaración testimonial, una de las sobreviviente de la tragedia de Once aseguró este martes, en el marco del juicio oral por el siniestro, que oyó al motorman Marcos Córdoba quejarse porque los frenos del tren de la exlínea Sarmiento que se estrelló en la cabecera "no funcionaban".
 
"El tren paraba antes de las estaciones. Arrancaba y volvía a frenarse", describió Norma Barrientos, quien recordó que previo al impacto le llamó la atención porque al ingresar a la cabecera del andén número dos de la estación de Once la formación "no bajaba la velocidad".
 
"Pensé: ¿cuándo va a frenar?, y ahí sentí el impacto. Volé y quedé con un montón de cuerpos encima. Yo gritaba el nombre de mi hija, creí que había perdido la pierna. A las cuatro de la madrugada me enteré que mi hija estaba muerta", relató entre sollozos, según describió lanacion.com
 
El relato hace parte de la primera jornada de testigos en el juicio oral por la tragedia, que tuvo momentos estremecedores por las declaraciones de los sobrevivientes. Sin embargo, esos relatos brindaron detalles indicativos de lo que estaba ocurriendo desde antes con el ferrocarril Sarmiento.
 
"Viajamos como ganado. Nos pisan, nos empujan, cualquier cosa por un asiento. Hace 12 años que tomó el Sarmiento y siempre fue lo mismo", describió la mujer, que como consecuencia de las lesiones estuvo 7 meses postrada en una silla de ruedas.
 
Al recordar a su hija, quien viajaba sentada en el mismo vagón, se quebró y exclamó: "no sé si quiero seguir viviendo".
 
Antes había declarado otra testigo, Natalia Meza, quien como consecuencia del siniestro todavía se moviliza con muletas.
 
Su relato corroboró que "la gente después del accidente comentaba que el tren se pasó de la estación en Caballito".
 
También ratificó las condiciones en que viajaba en el ferrocarril: "Pasa todos los días que el tren está lleno. Te empujan y subís. En los últimos años ni siquiera controlaban los boletos, nunca me lo pidieron. No vi ninguna mejora en 7 años, siempre había demoras".
 
Sobre el momento del impacto, recordó que "el tren entró rápido a la estación, pensé que faltaba más para llegar".

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