Murió Páez Vilaró, creador de Casapueblo

Carlos Páez Vilaró nació en Montevideo (Uruguay), el 01/11/1923 y falleció hoy, lunes 24/02/2014, en Punta Ballena, Maldonado (Uruguay), y fue un artistista multidisciplinario: pintor, ceramista, escultor, muralista, escritor, compositor y constructor uruguayo.





CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Carlos Páez Vilaró falleció a los 90 años en su escultura habitable Casapueblo, donde las banderas permanecen a media asta.
Según declaró una de sus hijas al canal uruguayo Teledoce, el artista "se levantó a la mañana, había descansado muy bien y estaba conversando con su médico para decirle que tenía un dolor, cuando falleció". 
Páez Vilaró vivió en su juventud en Ciudad de Buenos Aires donde comenzó a desarrollarse como artista.
Regresó a Uruguay en la década del '40, interesado en el tema del candombe y la comparsa afro-oriental y se vinculó al conventillo “Mediomundo”. 
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Entrevista a Páez Vilaró, en septiembre de 2013



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Vinculado a la comunidad afrouruguaya, durante años formó parte de sus fiestas populares, en particular de las Llamadas, y sus temas fueron motivo para sus obras plásticas. Pintó cartones, compuso candombes para comparsas lubolas, dirigió coros, decoró tamboriles y participó de los desfiles de Llamadas.
"Mi pasión más grande se despertó cuando vi la obra de (Pedro) Figari", confesó Páez Vilaró. Fue Delia, la propia hija del gran pintor, quien se la presentó. "Fanfarrón, pensé: `Tengo que ganarle a esta pintura. Él los pintó (a los negros) del recuerdo. Yo voy a pintarlos de la realidad".
Se casó en 1955 con Madelón Rodríguez Gómez y se divorció en 1961. Tuvo 6 hijos: Carlos Miguel, Mercedes, Agó, Sebastián, Florencio y Alejandro (los tres últimos, de su actual esposa, Annette Deussen).
En 1956 dirigió el Museo de Arte Moderno de Montevideo y fue secretario del Centro de artes populares del Uruguay en 1958. 
José Pedro Argul lo consideró un artista con “un desprejuicio sin par, un desparpajo ingenuo unido a una condición de trabajo excepcional y técnicas múltiples.
Además de la pintura incursiono en el cine en 1967, como co-guionista de la película Batouk, dirigida por Jean-Jacques Manigot, largometraje de 35 mm en color de 65 minutos de duración. Los co-guionistas fueron Aimé Césaire y Leopold Senghor que aportaron poemas.
En 1972, su hijo "Carlitos", viajaba en el avión que transportaba un grupo de jugadores de Old Christians y sus familiares y que cayó en la cordillera de Los Andes. Tras la desaparición de la aeronave, el artista se trasladó a Chile para colaborar tenazmente con la búsqueda, incluso cuando las acciones oficiales ya se habían suspendido. Para ello reclutó voluntarios, consultó a videntes e incluso se internó en la montaña. Finalmente Páez hijo figuró entre los 16 sobrevivientes. Esa búsqueda fue reflejada en su libro “Entre mi hijo y yo, la Luna”.
En Punta Ballena construyó la famosa Casapueblo, vivienda, museo y paisaje panorámico. Entre sus murales figuran los que decoran la sede de la OEA en Washington, el hotel Conrad de Punta del Este, hospitales chilenos y argentinos, y los aeropuertos de Panamá y Haití.
Hasta su fallecimiento, vivió y trabajó en Casapueblo, ubicada en Punta Ballena, a 13 km de Punta del Este, Uruguay.
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La vida de Páez Vilaró


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En su múltiples viajes conoció a Picasso, Dalí, De Chirico y convivió con el Dr. Albert Schweitzer en el leprosario de Lambaréné.
De África trajo su famosa pulsera negra: un accesorio hecho con pelos de cola de elefante, que incorporó en 1962 y nunca más se quitó. También él decía que tocar los nudos da suerte y solía alentar a los demás a hacerlo.
Su vida artística trascendió a la pintura. Se involucró con la escultura, la arquitectura, el cine y las letras. Tuvo múltiples reconocimientos por esto, tanto a nivel nacional como internacional. 

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