"Yo no soy Alfonsín", dijo Cristina, y Capitanich tuvo que rectificarse

Sin personalidad y menos aún conocimiento, Jorge Capitanich, jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, se desdijo 1 día después de sugerir que se podrían planificar los cortes de luz, en medio del colapso del sistema eléctrico por las altas temperaturas, lo que provocaba comparaciones con lo que sucedió en días de Raúl Alfonsín en la Presidencia. Capitanich volvió tras sus pasos y reconoció que sugerir que haya cortes de luz programados en los domicilio "fue una expresión incorrecta".


Decidido a encontrar cualquier responsable menos la inadecuada política energética K, Capitanich la emprendió con la meteorología y el cambio climático: "Mientras que en una década hubo 5 o 5 olas de calor", desde el 2003 se da "año tras año" y la proyección es que "cada vez sean más prolongadas", de 12 días consecutivos.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Durante su habitual conferencia de prensa, y cuando las interrupciones de energía se suceden desde el lunes 16/12, Jorge Capitanich cambió el enfoque y decidió desligar al Ejecutivo Nacional de la crisis, afirmando que él "no es vocero" de las distribuidoras, Edenor y Edesur, quienes prestan el servicio en Ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
 
"Fue una expresión incorrecta de mi parte", reconoció Capitanich, 1 día después de decir que los "cortes programados y rotativos" serían "una solución" ante el exceso de demanda por las altas temperaturas. 
 
Los cortes programados fue la respuesta en 1988 y 1989 de Raúl Alfonsín, y motivo de una profunda impopularidad. Pero los cortes programados contradecían el enfoque de la Administración Cristina y el discurso de sus ministros.
 
Capitanich afirmó que comparar la situación energética actual con los cortes programados que ocurrían durante el gobierno radical de Raúl Alfonsín es una "patraña", una "interpretación capciosa" y un "ejercicio periodístico de baja calidad".
 
El líder chaqueño (¡¡así le va al Chaco!!) dijo que hay que "dar un debate razonable" y señaló que algunos de los "voceros que salen ahora a criticar son autores de estrepitosos fracasos cuando tuvieron la responsabilidad de gestionar". 
 
En ese marco, consideró "imprescindible" que las empresas "brinden explicaciones a sus usuarios" ante los cortes de energía.
 
Así que ahora Capitanich intentó mostrarse coincidente con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quien había negado la posibilidad de cortes programados pero admitió que son "preventivos".
 
"Mis dichos no implican ningún tipo de confrontación. Trabajamos de modo cooperativo", dijo Capitanich, y agregó: "Las aclaraciones del ministro fueron correctas y valederas".
 
Pasado el entredicho por los cortes programados, el funcionario negó que el Gobierno estudie intervenir las empresas distribuidoras. 
 
Tampoco ofreció un dato certero de cuándo se solucionará la crisis energética -aún hay miles de usuarios sin electricidad en sus casas- y en cambio cargó las tintas contras las compañías. 
 
"Las empresas son quienes prestan el servicio, mientras el Estado solamente debe cumplir como autoridad regulatoria. Las inversiones y las comunicaciones las tienen que hacer las empresas. El Gobierno no es vocero de ellas", dijo el ya decadente Capitanich.
 
Hubo más expresiones ridículas de parte del jefe de Gabinete de Ministros.
 
"Aún cuando se alcanza el pico máximo de demanda energética existe oferta disponible. El problema central tiene que ver con la  media y baja tensión, es decir la distribución al usuario, y eso es responsabilidad de las empresas, el Estado tiene capacidad regulatoria, a través de multas, y promueve las intimaciones para la restitución más rápida del servicio", dijo él.
 
Decidido a encontrar cualquier responsable menos la inadecuada política energética K, Capitanich la emprendió con la meteorología y el cambio climático: "Mientras que en una década hubo 5 o 5 olas de calor", desde el 2003 se da "año tras año" y la proyección es que "cada vez sean más prolongadas", de 12 días consecutivos.  
 
El jefe de Gabinete defendió el actual nivel de las tarifas energéticas, que tiende a "brindar competitividad", "mejorar el poder adquisitivo del salario" y "proteger el nivel de ingresos disponibles de los que menos tienen" y volvió a exhortar a los ciudadanos al "uso racional de la energía" y a "ser cuidadados como usuarios respecto a no malgastar el servicio".
 
"Ayer (miércoles 18/01) no hubo un conflicto entre mi interpretación y la del ministro De Vido. La terminología que utilizó él es la más correcta y técnica. Son cortes preventivos cuando se detecta una sobrecarga. El jefe de ministros no es vocero de las empresas. Las inversiones las tiene que hacer la empresa, la comunicación con los clientes la tienen que hacer las empresas. El Estado sólo se ocupa del ejercicio de la autoridad regulatoria con la posibilidad de multas y resarcimientos", explicó Capitanich.
 
"En la Argentina no hay restricciones del suministro de energía sino que el problema es en media y baja tensión, en la distribución. Pretender asimilar esto a lo que pasaba en el 89' es una patraña, un ejercicio periodístico de baja calidad. Uno de los que aparece opinando es un ex ministro que estuvo muy poco tiempo. Estos voceros fueron autores de fracasos cuando tuvieron la oportunidad de gestionar", completó.

Comentarios

Entradas populares