Los K y el Vaticano: Cafiero podría ser la primera víctima de la nueva etapa

Siente que desde la elección del primer papa argentino le están moviendo el piso en la embajada ante la Santa Sede. Primero, la versión periodística sobre el dossier que habría orquestado para bloquear la candidatura de Jorge Bergoglioen el cónclave, cuando el entonces arzobispo porteño era considerado un enemigo político por el gobierno al que representa. Ahora, con el inicio de una nueva y relevante relación entre la Argentina y el Vaticano, que podría, como ya se comenta tanto aquí como en Buenos Aires, apurar su retorno al país y su reemplazo por otra figura, más cercana al papa Francisco. Juan Pablo Cafiero está viviendo días muy intensos.



"Me parece que me voy", lamentó Cafiero esta semana, en un diálogo al paso con un argentino que desde hace muchos años vive en Roma, durante uno de los tantos encuentros generados por la histórica elección del Papa. Ayer, el embajador, hijo del ex gobernador, ex senador y ex ministro Antonio Cafiero, dijo a PERFIL que “se inicia una etapa de gran relevancia en la relación entre la Argentina y la Santa Sede, con una agenda mucho más importante”, y enfatizó “el cambio total de clima” en el vínculo entre la presidenta Cristina Kirchner y Francisco luego del encuentro del lunes y el saludo del martes. “La presencia de la Presidenta, el contacto entre ambos, cómo se conmovieron cada vez que se vieron; todo eso ha sido muy importante”, agregó.
– ¿Cree que ahora la embajada ante la Santa Sede adquiere tanta o más relevancia que la de Washington, por ejemplo?, le preguntó este diario.
–No empiecen con esas comparaciones…
– ¿Usted seguirá al frente de esta embajada?
- Eso lo decide la Presidenta, no yo.
En cuanto al dossier que, según una versión periodística habría elaborado presuntamente con el cardenal argentino Leonardo Sandri, uno de los ministros del Papa anterior, Benedicto XVI, Cafiero sostuvo: “Eso ya está desmentido”.
– ¿De dónde pudo haber salido esa versión?
– No tengo la menor idea.
En realidad, la versión sobre ese presunto dossier ha sido negada categóricamente por distintas fuentes, tanto en Roma como en el Vaticano. Según estos informantes, una jugada semejante sería ineficaz y contraproducente, ya que los 115 cardenales que participaron del cónclave se conocen bien desde hace muchos años.
Por otro lado, Bergoglio no figuraba como candidato a convertirse en el primer papa argentino y americano y parece un evidente exceso de celo tomarse el trabajo de elaborar semejante “documento” solamente por las dudas.
De acuerdo con esta versión, el dossier contendría material publicado en la Argentina sobre la presunta colaboración de Bergoglio con la dictadura para secuestrar a dos jesuitas, Orlando Yorio y Francisco Jalics, en 1976, cuando el ahora Papa era jefe de los jesuitas en nuestro país.
En las últimas semanas, esa acusación fue recalentada por el periodista Horacio Verbitsky y otras figuras del oficialismo, aunque ha ido perdiendo peso con el acercamiento presidencial al flamante Papa. Además, ha sido rechazada por defensores impolutos de los derechos humanos, como Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz; Graciela Fernández Meijide y Alicia Oliveira. Sí es cierto que Cafiero trabó una buena relación con el cardenal Sandri, que según los analistas está en baja tras la elección de Bergoglio como papa y podría perder su ministerio, que se encarga de las Iglesias Orientales. Quienes sostienen que habrá cambios en la embajada ante la Santa Sede, que podrían abarcar también la secretaría de Culto, ocupada por el ex concejal porteño Guillermo Oliveri, afirman que Cafiero quedó “deteriorado” por la versión sobre el dossier.
La elección de Francisco provocó un cimbronazo en el kirchnerismo: la Presidenta tuvo una reacción fría, distante; algunos exponentes del oficialismo salieron a cruzar con fuerza al flamante Papa, mientras que otros bancaron a Bergoglio, como el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto; el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, quien aseguró que Bergoglio celebraba una misa una vez por mes para rezar por la salud de Hugo Chávez; el diputado bonaerense Fernando “Chino” Navarro, y el ex jefe de gabinete de la Cancillería Eduardo Valdés. Alicia Oliveira, amiga de Bergoglio, fue otra firme defensora mediática de Francisco, quien la llamó por teléfono desde el Vaticano el jueves 14; 24 horas después, la propia Presidenta la invitó a integrar la comitiva oficial que viajó a esta ciudad. De inmediato, Oliveira le contó por teléfono al Papa. Y El Vaticano invitó a Cristina a un almuerzo a solas; el convite la obligó a adelantar unas horas su viaje.
Si se produce, el reemplazo de Cafiero podría surgir, posiblemente, de esa nómina de amigos papales. Algunos de los críticos de Cafiero mentan el bajo perfil que ha tenido la embajada o su decisión de no asistir a los primeros programas de la TV italiana que analizaron la histórica elección. “Pero, olvidan, que un embajador representa la línea política de su gobierno, no la crea”, comentó uno de sus amigos en el cuerpo diplomático acreditado ante el Vaticano. Ahora que el Gobierno cambió de línea surge la posibilidad de que otro embajador sea designado para implementarla.

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