El regreso de los muertos vivos: las manos de Perón

Vicente Leonidas Saadi  fue una especie de señor feudal enCatamarca. La historia dice que una vez concurrió al exilio deJuan Domingo Perón en Puerta de Hierro, Madrid, y le quiso hacer firmar unos papeles (contaba el entorno del General que fue una especie de garantía crediticia frente a los bancos suizos). De ahí surge la leyenda que en las manos de Perón había un anillo donde estaba inscripta la numeración de unas cuentas secretas que nunca existieron.




Isabel Perón estaba escondida escuchando la propuesta deSaadi y estalló en furia, sacando a Saadi y un acompañante (¿Jorge Antonio?) de la residencia madrileña a punta de pistola.

El catamarqueño era gobernador en 1987, y quiso que sus hijos siguieran el camino de la política, que fueran sus herederos como si la provincia fuera una estancia y los Saadi sus patrones.

Alicia Saadi fue su hija que siguió ese rumbo como pudo, su sobrina Lucia Corpacciocultó su identidad y fue elegida gobernadora de la provincia en el 2011 de la mano del kirchnerismo.  ¿Te acordas del horrendo crimen de María Soledad Morales en lo que se llamó la fiesta de los hijos del poder? El entorno de los Saadi estuvo sospechado  de participar o encubrir el crimen,  y cuando parecía que el sadismo era solo un fantasma del pasado, se presentó esta sobrina en las elecciones y como si fuera una broma de mal gusto a todo el país, sobre todo a los catamarqueños, el día del triunfo sacó a relucir su verdadero origen.

Ramoncito Saadi fue el hijo que Vicente Leonidas quiso encumbrar para su continuidad, pero al tipo le faltaban luces hasta para ser patrón de estancia aunque tuviera el arco servido y la pelota picando en el área. Jamás embocaba un penal ni estando el arco vacío. Algo que los psicólogos llamaban "el síndrome del hijo bobo", que se repitió con otros actores de la vida pública argentina. (Si pensás en la Cancillería, quizás estés apuntando a un ejemplo parecido).

Ramoncito venía a Buenos Aires, se alojaba en el Bauen Hotel en la avenida Callao y Corrientes (hoy autogestionado por una cooperativa de trabajadores que lo salvó de la quiebra), y pasaba muchas horas sentado en una mesa bebiendo whisky por demás.

Al tiempo de la profanación del cementerio de la Chacarita aparecieron pintadas en las paredes de Catamarca que decían:  "Saadi, devolvé las manos de Perón".

Nadie explicaba el porqué de esos grafitis. Una noche Ramón Saadi estaba algo bebido y solo en la mesa del Bauen, cuando el autor de este informe entró al bar, se acercó por detrás y le preguntó al oído: "Ramón, ¿porqué dicen en Catamarca que tu viejo devuelva las manos de Perón?

La sorpresa siempre es un aliado en estos casos. Sin darse cuenta quien estaba a sus espaldas, el hombre dio una clave: "Andá a preguntárselo al Champa...".

"Bingo, ya tenemos algo".

Era hora de viajar. ¿Quién era ese enigmático Champa?

Un policía catamarqueño había baleado en la cabeza a un pibe durante una manifestación allá por los 80, le decían el "Champa" y se lo conocía con cierto terror por ser parte de una especie de fuerza de choque del gobernador Saadi.

¿La debilidad del Champa? El alcohol, se emborrachaba y hablaba todo lo que tenía que callar. Decía en una de sus huídas etílicas que él había sido contratado para profanar la tumba de Juan Perón. Que Saadi lo había puesto en contacto con gente de Buenos Aires para formar un grupo de hombres "pesados" que hicieron ese trabajo y después regresaron a sus provincias de origen. En general, Champa decía cosas coherentes en medio de sus excesos.

La pista la tenían también dos comisarios de la Policía Federal. Carlos "el Rufián" Gómez y Carlos "He Man" Gallone. ¿Registrás esa foto de un policía de uniforme abrazando sobre su pecho a una madre de Plaza de Mayo en actitud consoladora? Ese mismo es Gallone.  Hoy pasa sus días en el penal de lesa humanidad de Marcos Paz.  Gómez aún vive aunque obvio ya retirado..

El dúo de polis llegó a Catamarca buscando dos pistas concretas. Una, el testimonio de Champa (ellos tenían la data por otros medios, seguro la regional Catamarca de Policía Federal Argentina). El otro informe les decía donde estaba la máquina de escribir marca Hermes con que se redactaron los comunicados de los supuestos profanadores. Y más: Quien era el viejo que las había redactado, después esos comunicados se distribuyeron en medios porteños.

La planificación de romper la bóveda de la familia Perón había sido ideada por algún Maquiavelo de la política que utilizó mano de obra del interior del país, lejos de la escena del delito para despistar a los investigadores y evitar que hablasen demás los protagonistas.

Pero esos dos comisarios que llegaron a Catamarca eran viejos sabuesos con el olfato listo para la cacería y así volaron a la provincia de los Saadi tras estas dos pistas valiosas.

Pero estaban solos en tierra hostil. Llamaron al Jede la Policía Federal, un buen tipo  que se llamó Juan Pirker (muerto misteriosamente en su despacho de la jefatura policial un par de años después, cuando el alfonsinismo se caía a pedazos). Pidieron refuerzos para hacer varios operativos. Pirker le avisó a su jefe inmediato, el entonces Ministro de Interior Enrique Nosiglia.

Volvieron a hablar horas después, y Pirker les digo a Gómez y Gallone que no se mandaran solos, que les enviaba gente en el avión de la fuerza.

Los comisarios cumplieron la orden y esperaron el avión en el aeropuerto catamarqueño. Cuando llegó la nave... la vida te dá sorpresas, sorpresas te dá la vida.

No había refuerzos ni tropas para operar. Solo una orden del jefe político de Pirker. El Ministerio de Interior les hacía regresar a Buenos Aires y olvidar la pista Catamarca. Ni Champa ni Hermes podían ser investigados y muchos menos allanados.

No es una novela, ni el argumento de Nueve Reinas o Los Sospechosos de Siempre(films tramposos, de lo mejor).

Ahí están estos personajes vivos aún,  que algún juez si le interesa sacar a luz la profanación solo tiene que preguntarles.

Volveremos con mas, esta historia que estás leyendo la seguimos pronto.

Posdata: Vicente Leonidas Saadi fue el artífice que Carlos Saúl Menem llegara a la Presidencia de la Nación.

Más claro todo, echale cloro.


Por Jorge D. Boimvaser
info@boimvaser.com.ar

Comentarios

Entradas populares