El boom de la soja no salva a Cristina

A los kirchneristas cristinistas todavía no les queda claro y por eso hay que insistir (su voluntarismo les impide reflexionar): aún con la suba de la soja a US$ 600 y la depreciación del tipo de cambio a $ 4.80 a fin de año, la contribución del complejo sojero a la macroeconomía 2012 es sensiblemente menor que lo que había sido en 2011. Es el problema con los ladriprogresistas: tienen problemas para la aritmética.




Lo primero que hay que destacar es que el 49% de la soja ya fue liquidada a un precio promedio ponderado de US$ 561 por tonelada, por lo que sólo el 51% restante tendría acceso al precio futuro de US$ 600 para fines de julio’12 y toda su curva implícita para agosto/diciembre de este año.



CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Pese a algunas lluvias muy moderadas caídas entre el jueves 12/07 y el viernes 13/07, el déficit hídrico de los suelos en el Medio Oeste estadounidense continúa siendo grave y sigue deteriorando el estado de los cultivos. 
 
Aunque será difícil que la oleaginosa mantenga el precio de US$ 600 la tonelada por mucho tiempo, sí se espera que los valores se mantengan sostenidos. Y todo indica que la próxima campaña llegará a 55 millones de toneladas de soja, contra menos de 40 millones de la actual.
 
A poco menos de 2 meses de iniciarse la campaña de granos gruesos, los productores trabajan con mayores costos en insumos, fletes y alquileres -los agricultores necesitarán producir más granos para nivelar la inversión e inflar los hoy ajustados márgenes de rentabilidad que les dejó la sequía de la campaña anterior- lo que lleva a una siembra en septiembre de más superficie de soja -cultivo con menores costos, sin restricciones a las exportaciones y que puede captar los problemas estadounidenses- y menos maíz. Nadie ubicado a más de 400 kilómetros del puerto se animará a arrendar para cultivar maíz.
 
Entonces, la soja tira para arriba y hace prever una recuperación bastante marcada de la economía argentina hacia el inicio del 2013. 
 
Pero, del otro lado, el cepo cambiario, el déficit fiscal cada vez más grande y la inflación aparecen como obstáculos muy serios que podrían frenar cualquier atisbo de mejora. 
 
El Banco Central habló de trabas "transitorias" para la compra de dólares. Pero ahora nadie sabe cuál es la fórmula para salir del cepo cambiario, que cada vez asfixia más a la economía.
 
¿Cuál de ambas tendencias prevalecerá? Ahí se juega el resultado electoral 2013.
 
Entonces, la otra pregunta: ¿con la soja a US$ 600, se reactiva el modelo?
 
La consultora Economía & Regiones difundió una proyección al respecto, que es negativa respecto de la euforia K:
 
"El impacto macroeconómico 2012 de la soja sobre nuestra macroeconomía es función del volumen de la cosecha 2011/2012 y sus precios de liquidación; dos variables que suelen jugar en sentido contrario. En la campaña 2011/12, el clima seco y cálido en Sudamérica redujo la cosecha de soja (a 41 millones de ton.), que resultó 11 millones de toneladas menor a lo originalmente esperado y 8 millones más baja que la de la campaña anterior.
 
Sin embargo, el clima negativo impactó subiendo los precios, permitiendo que la presente cosecha se liquide a un precio promedio por tonelada superior al de las proyecciones originales. 
 
El reciente cambio climático que afecta negativamente el estado de los cultivos en USA ha impactado en el precio de todos los contratos a futuro de la soja. De hecho, en el Mercado de Chicago la tonelada de soja cerró a US$ 613, superando el record de US$ 609 por tonelada de julio 2008.
 
Surge luego un interrogante: ¿La repentina suba de la soja a US$ 612 alcanza para mejorar la macroeconomía argentina en lo que queda del 2012?
 
Lo primero que hay que destacar es que el 49% de la soja ya fue liquidada a un precio promedio ponderado de US$ 561 por tonelada, por lo que sólo el 51% restante tendría acceso al precio futuro de US$ 600 para fines de julio’12 y toda su curva implícita para agosto/diciembre de este año.
 
Sin embargo, hay que aclarar que los precios futuros para agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre de este año son menores, influenciados por las buenas previsiones que hay para la próxima cosecha en Brasil y Argentina. 
 
El 51% restante de la soja se podría liquidar a un precio promedio ponderado de US$ 583 por tonelada en lo que resta de este año, lo cual arrojaría un precio promedio ponderado de liquidación de soja para todo el año de US$ 572 la tonelada. Al mismo tiempo, en materia de tipo de cambio, asumimos que el ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial continúa sin alteraciones hasta fin de año, cerrando entre $ 4.80 y $ 4,90 por dólar en diciembre ’12.
 
Sin embargo, la suba del precio de la soja (acompañado por la depreciación nominal) no lograría compensar el impacto negativo de la caída del volumen cosechado, por lo que el resultado neto del “juego precio por cantidad” es negativo y por ende, aún con la suba de la soja a US$ 600 y la depreciación del tipo de cambio a $ 4.80 a fin de año, la contribución del complejo sojero a la macroeconomía 2012 es sensiblemente menor que lo que había sido en 2011.
 
Puntualmente, las exportaciones de soja este año se reducirían en US$ 2.680 millones comparadas con el 2011, las retenciones cobradas por el Estado Nacional caerían en términos nominales $431 millones y el financiamiento del Fondo Federal Solidario mermaría en $129 millones.
 
El precio futuro de la soja desciende paulatinamente hasta US$ 479 la tonelada en noviembre / diciembre de 2013. Si asumimos que la cosecha del año próximo iguala el record de la cosecha de 2009/2010 (52 millones de toneladas) y se vende al promedio ponderado de esos precios futuros, las exportaciones del complejo sojero ascenderían US$ 27.500 millones; superando por 17.3% los ingresos de 2012 (US$ 23.400 millones).
 
Por supuesto que de continuar las actuales políticas fiscales y monetarias que provocan altas tasas de inflación, el precio record de US$ 600 y la cosecha record de soja, en término reales, quitarían a las retenciones en 2013 capacidad para cubrir el gasto público y ejecución de obra pública en las provincias abastecidas por el Fondo Solidario de la Soja.
 
En pocas palabras, ni un precio record ni una cosecha record de soja garantizan contrarrestar los efectos macroeconómicos negativos de la inflación sobre la macroeconomía argentina y evitar que las inconsistencias de política económica doméstica nos arrastren a un paulatino enfriamiento del nivel de actividad.
 
En términos microeconómicos sucede lo mismo que en la esfera macro. El deterioro de la competitividad precio efectiva, que en el campo genera el aumento de los costos de producción por el efecto de la inflación, ya no puede ser compensada ni con el actual precio record de la soja, ni con la depreciación del tipo de cambio nominal."

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