Cristina destroza la Bolsa de Buenos Aires

"Luego de la masiva inyección de liquidez en Europa, los precios de los activos financieros registraron importantes alzas. A favor de este rally jugaron los mejores datos que lo esperado en la economía de USA, el canje de deuda griega y el propio “momentum”. Por factores domésticos los activos bursátiles argentinos exhibieron un comportamiento más modesto, mostrando que la coyuntura puede opacar las “buenas noticias” del mundo. Luego del anuncio de mayores requisitos a los bancos y el conflicto con YPF el índice viene cayendo, cuando antes crecía en el escenario de “sintonía fina”. El costo del seguro contra default argentino superó al de Venezuela mientras que el riesgo-país (EMBI) argentino se redujo mucho menos que promedio de emergentes (-3,5% vs. -14%). En lo que va del año las tasas volvieron a los niveles previos al shock de septiembre de 2011 incentivando la dolarización: los títulos en pesos ajustables por BADLAR cayeron cerca de 1,5% en los primeros tres meses, mientras que los denominados en dólares subieron 14%", explicó la consultora Ecolatina, que fundo Roberto Lavagna, el fundador del 'modelo'.





Volatilidad con tendencia negativa: Terrible e ilógico en el escenario regional.

N. de la R.: El mercado bursátil doméstico argentino se desplomó otra vez, en medio de los crecientes temores sobre una intervención del Gobierno en YPF y ante un escenario global que dejó en evidencia el descontento porque no habría un nuevo plan de estímulo en USA. Pero mientras el índice Bovespa, en Sao Paulo, cayó -1,43%, el índice porteño Merval cayó -2,92%. Influyó el deterioro en la cotización de la acción de YPF, más de -15%, y eso es responsabilidad exclusiva de Cristina Fernández de Kirchner. Por lo tanto, es oportuno recordar el informe de la consultora Ecolatina, hoy dirigida por Marco Lavagna, el hijo de Roberto Lavagna, fundador de la empresa de análisis y ex ministro de Economía con Eduardo Duhalde y luego Néstor Kirchner:
 
 
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Ecolatina). A principios de marzo  destacamos la recuperación de los activos financieros que, desde fines de 2011, se estaba registrando a nivel global. Este rally benefició a la Argentina por la suba en los precios de los commodities agrícolas (la soja superó los 500 US$/tn) pero, por factores domésticos, la euforia a nivel acciones (renta variable) y bonos (renta fija) fue moderada. 
 
Si bien el mercado de capitales local es acotado, es importante analizar su dinámica ya que es indicativo del clima de inversión, refleja la confianza (o el humor) de los agentes y tiene poder explicativo a la hora de anticipar la dinámica del ciclo económico.
 
En líneas generales, hacia fines de 2011 los mercados internacionales preveían un evento crediticio en Europa: Grecia estaba al borde del default, Italia y España pagaban 7% por los bonos a 10 años y el clima era de creciente desconfianza. 
 
Sin embargo, una serie de factores revirtió la situación. Dentro de ellos, se destacó a fin de año la fuerte inyección del Banco Central Europeo (seguida por los bancos de Inglaterra y Japón), que al inundar la plaza de liquidez “calmó” los miedos de los inversores.
 
Pero no fue el único elemento. Por caso, los datos macroeconómicos de Estados Unidos no eran óptimos pero se ubicaron por encima de lo que esperaba el mercado: el “Surprise Index” (diferencia entre el dato y el consenso esperado) que subió fuertemente entre octubre y diciembre. Además, se concretó el “exitoso” canje de deuda griega que apuntaló el buen momento.
 
Finalmente, el comportamiento en manada o “momentum” no fue un dato menor: cuando los mercados en general suben (o bajan) se disparan compras (o ventas) que refuerzan la tendencia.
 
En cambio, mirando entre las puntas del rally, los activos bursátiles argentinos exhibieron un comportamiento más modesto, mostrando cómo la incidencia de los factores domésticos puede opacar las “buenas noticias” del mundo.
 
Por caso, si bien en lo que va del año el MerVal ganó 8%, en línea con otros importantes índices como el Dow Jones, el Eurostoxx, la dinámica fue dispar: hasta casi fines de enero, el MerVal había subido más que muchos de los índices mundiales, amplificando el buen humor global frente al escenario de “sintonía fina” planteado por el Gobierno. Sin embargo, desde entonces fue prácticamente el único que perdió (y fuerte). 

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