Cristina choca la calesita

Especulando conque el gobierno de Mariano Rajoy tiene problemas más importantes, y que la opinión pública doméstica apoya una YPF estatal, Cristina Fernández buscaría repetir el 'efecto Marsans'. Por el momento, YPF ha perdido 12 concesiones y está a punto de perder la 2da. más importante -3.100 m3 diarios de media-, y no será la última antes de que Ella decida ir por todo.





CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La decisión deasumir el control de YPF no tiene marcha atrás, ya lo había anticipado el diario paraestatal Página/12.
 
No se trata de un cambio en la política petrolera sino una modificación en el control del activo YPF, tal comoUrgente24 ha insistido desde hace semanas.
 
España aparece sin capacidad de reacción ante el cristinismo: le quitó Aerolíneas Argentinas a Marsans y sin resarcimiento, obligó a GasBan a cederle una porción a un accionista local, hostiliza a diario a Endesa/Enel en Edesur y ahora modificará 'de facto' la estructura accionaria de YPF. 
 
Ya sean los socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero o los populares de Mariano Rajoy, pareciera que son incapaces de defender los intereses de las empresas españolas fuera de su territorio, y es una señal complicada frente a países que ya no tienen ambiciones de inversiones extranjeras directas.
 
Porque con el Gobierno argentino está sucediendo precisamente eso: ha decidido que no será territorio elegible para los flujos de capital, y procede a disponer el despliegue estatal sobre los activos privados que importan o que no se comportan segun los caprichos de los gobernantes. Toda una señal para el sistema bancario...
 
En este caso, el motivo es el déficit en la producción de hidrocarburos, que, en verdad, es unaconsecuencia de la irracional estructura de precios relativos que sucede desde la gran devaluación del peso, en 2002.
 
Luego, una disputa de la familia Kirchner y la familia Eskenazi por el control de una porción importante del paquete accionario que Néstor Kirchner obligó a Repsol a cederle a Eskenazi, en su momento, y Antoni Brufau estuvo de acuerdo.
 
Y por si faltara algo, en días de caída de imagen de Cristina Fernández, le han exhibido encuestas de opinión pública que afirman que la mayoría de los consultados apoya que YPF regrese a control del Estado. Hay cierto chauvinismo suicida en una porción considerable de la sociedad argentina.
 
Muchos de ellos son los que, en 1982, fueron a Plaza de Mayo a vivar a Leopoldo Fortunato Galtieri, de día lloraban por Malvinas, por la tarde estaban pendientes de lo que ocurría en elMundial de España y por la noche iban a cenar mientras comentaban, por igual, la muerte en el Atlántico Sur y lo mal que jugaba aquel equipo de César Luis Menotti. Cuando se rindieron los militares argentinos en las islas, salieron a pedir la cabeza de Galtieri. Y se consideran compensados cuando la selección argentina le hace un gol a la de Inglaterra... Pero ¿un gobernante puede tomar decisiones de fondo en función de tan peculiar argentinidad?
 
También son los que condenan "a los yankis" mientras tramitan la visa para viajar a Miami.
 
En definitiva, Cristina Fernández no es el origen del problema sino una emergente de una sociedad que tiene muchos problemas para aceptar lo que es y definir hacia dónde quiere ir.
 
Es una porción de los argentinos con ínfulas imperiales mientras acusan al mundo de frustrar el'despegue argentino'. Ellos afirman que una YPF estatal garantizaría más petróleo cuando, en verdad, lo que ocurre es
 
> un problema de precios relativos y falta de estímulo a la prospección/exploración,
 
> un problema de gasto público que provoca que el Fisco se quede con la mayor porción del precio de expendio de las naftas, y
 
> un problema de corrupción que provoca que quienes gobiernan realicen negocios que no le convienen al país con la importación de combustibles.
 
La transferencia
 
El Ejecutivo Nacional empujó a los gobernadores a quitarle áreas a YPF porque así elaboró su discurso ante Repsol: "No soy yo, son ellos". Y los gobernadores creen que cumpliendo con su papel, recibirán beneficios fiscales desde la Nación.
 
Luego de apropiada YPF por Cristina, la idea es devolverle casi todas las áreas rescindidas (aunque alguna área bien puede quedar para alguna petrolera mediana, amiga del gobernador de turno en cuestión... ), y que todo continúe más o menos igual. Es decir, pésimo. Con la Argentina importando el faltante. El problema de la política energética no se resolverá porque no habrá cómo financiar la exploración, que es lo que necesita la Argentina. Y los capitales privados de riesgo no quieren riesgo argentino.

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