Benedicto XVI proclamó beato a Juan Pablo II

Ante cientos de miles de feligreses congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, Benedicto XVI ha proclamado beato a su antecesor, Juan Pablo II, 6 años después de su muerte. Benedicto XVI, ha presidido los actos en la entrada de la Basílica, con la plana mayor de la jerarquía católica y numerosas autoridades extranjeras, entre ellas el dictador de Zimbabue, Robert Mugabe. 




 "Nosotros, acogiendo el deseo de nuestro hermano Agostino Cardenal Vallini, nuestro vicario general para la diócesis de Roma, de muchos otros hermanos en el Episcopado y de muchos fieles, después de haber recibido el parecer de la congregación de la causa de los Santos, con nuestra autoridad apostólica, concedemos que el venerable siervo de Dios, Juan Pablo II, Papa, de ahora en adelante sea llamado beato y que se pueda celebrar su fiesta en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, todos los años el 22 de octubre". Con estas palabras pronunciados en latín Benedicto ha elevado a los altares a su inmediato antecesor.
 
Al tiempo que Benedicto XVI, que vestía una casulla que perteneció a su antecesor y ha usado el cáliz que éste usó en sus últimos años, proclamaba beato a Wojtyla, se descubría un gran tapiz con una imagen de Juan Pablo II que cubre la fachada principal de la basílica y ha pasado entonces a presidir la escena. Sobre la columnata de Bernini, en otra gran tela se podía leer "Abrid de par en par las puertas a Cristo", una de las frases más conocidas de Wojtyla. 
 
Benedicto XVI ha oficiado la misa apoyado por los cardenales presentes en Roma y el que fuera secretario de Juan Pablo II, Mieczslaw Mokrzycki. Después, Marie Simone-Pierre, la monja francesa cuya curación de la enfermedad de parkinson es la base de la beatificación de Juan Pablo II, ha ofrecido a Ratzinger la reliquia del nuevo beato, una ampolla con su sangre encastrada en un relicario de plata, que el Pontífice ha besado antes de que fuera colocado en un estrado.
 
Tras la beatificación, Joseph Ratzinger ha emprendido la homilía, en la que ha repasado la figura, la vida y la acción política y pastoral de Juan Pablo II. "Nos devolvió a la fe la esperanza usurpada por el marxismo", ha dicho, en referencia a la lucha del Papa polaco contra el comunismo. "Aunque sería exagerado decir que él solo derribó el muro, dio desde luego una gran contribución", agregó Ratzinger. 
 
Benedicto XVI también ha glosado la figura de Wojtyla y recordado que pasó 23 años al lado del nuevo beato como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición) y así pudo conocer "su profundidad espiritual, la riqueza de sus intuiciones, el ejemplo de su oración, su humildad".
 
También ha defendido las razones por las que se acometió este proceso de subida a los altares con tanta celeridad, apenas 6 años después de su muerte. "La beatificación ha llegado pronto porque así lo ha decidido el Señor, porque su olor de santidad ondeaba en el aire", ha dicho Ratzinger. 
 
"Juan Pablo II es beato por su fe, por la beatitud de su fe, fuerte, generosa y apostólica, por su fe en la Virgen", ha defendido el Papa. La homilía ha terminado como terminó hace seis años su funeral, con el Papa invocando la bendición del nuevo beato.
 
Tras la ceremonia, que ha durado cerca de 3 horas, el Papa se ha dirigido al altar central de la Basílica de San Pedro, donde estaba expuesto el féretro de Wojtyla, para venerar sus restos, ya convertidos en reliquia. Tras el Pontífice, lo han hecho los cardenales, que han besado uno a uno el féretro. Tras ellos podrán hacerlo los fieles, ya que el féretro con los restos mortales del nuevo beato, exhumados hace unos días, permanecerán expuestos todo el día domingo 01/05 y lunes 02/05.

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