... Y ahora le llaman "la Cornuda" (Crisis del recurso "Pucherito")

El mito del matrimonio entre Néstor Kirchner y Cristina Fernández fue muy dificultoso de construir, básicamente porque la realidad no acompañaba el relato. Finalmente, con la muerte de Néstor, Cristina hizo adelantos notables. Pero ahora una ex colaboradora de su marido puede sabotear toda la ficción.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Desde la muerte de Néstor Kirchner, el marketing político de Cristina Fernández consiste en llorarlo en público. El recurso le ha proporcionado un beneficio importante en la recuperación de su imagen positiva, sobre la que se ha montado la Operación Reelección 2011.

Algunos afirman que hasta hay una sobreutilización del "pucherito" en cada aparición pública para sostener los niveles de popularidad, basados en una viuda amante esposa que, supuestamente, debe continuar en soledad con la concreción del proyecto que le encomendó el compañero de toda su vida.

Sin embargo, hay antiguas sospechas de que la vida íntima de los Kirchner siempre fue muy diferente a la que se presentó ante la opinión pública.

En Santa Cruz en reiteradas ocasiones se identificaron vínculos sentimentales alternativos de Néstor Kirchner, en algún caso con conocimiento de Cristina, provocando la preferencia de ella por residir en la capital federal antes que en Río Gallegos.

Verdad o consecuencia, los rumores acompañaron a ambos, más allá de que los reconociera como compañeros de militancia universitaria y socios comerciales y políticos en la construcción y usufructo del poder.

En la mitología del Frente para la Victoria, Kirchner era autosuficiente y Cristina dependía de las decisiones de Néstor, situación que la ubicaba cerca de la incompetencia y el desdén. Nada le pertenecía, ni siquiera el poder, que era de Néstor. Con la muerte de él, Cristina recién comenzó a intentar ganar autonomía... pero reescribiendo un idílico relatos de ambos.

Justo cuando parece haberlo afirmado, regresa aquel agitado pasado, en el que Néstor aparecía como el jefe, irascible y a menudo intolerante, y Cristina como quien a menudo cedía -más allá de buscar algunas pequeñas venganzas periódicas-. ¿De quién es la culpa? De la entrevista que le hizo el periodista Franco Linder a Miriam Quiroga para Noticias de la Semana.

A Quiroga, Cristina acaba de reemplazarla como directora de Documentación Presidencial de la Coordinación General de Asuntos Técnicos de la Unidad Presidente, con rango de subsecretario de la Presidencia de la Nación.

Hoy día ocupa ese cargo Mariana Larroque, cuyo atributo es ser la hermana de Andrés Larroque, el falso jefe político de la juvenil agrupación La Cámpora (cualquiera conoce que Eduardo de Pedro tiene muchos más atributos como futuro protagonista).

Ex empleada de la Gobernación santacruceña y ex locutora de actos de campaña de Néstor, divorciada con 4 hijos, es probable que Quiroga presuma mucho más de lo que es real, pero no importa: consigue no solamente confirmar que Kirchner era un hombre de preferencias y estética muy cuestionables, sino que reflota el viejo fantasma de "las otras".

Con mucha 'mala leche' Miriam Quiroga llevó la entrevista, según el texto publicado por Noticias, a presentarse como quien fue amante de Néstor Kirchner, cruel venganza con Cristina Fernández porque derriba el mito que intenta construir la Presidente.

Y la verdad es que es muy difícil de refutar porque Kirchner durante mucho tiempo pasó más horas junto a Quiroga, en el trabajo cotidiano, que junto a Cristina. Y ya se sabe... cada persona tiene su propia forma de quitarse el estrés.

Es cierto algo que dice Quiroga: que Cristina está buscando renovar el plantel de colaboradores que heredó de Néstor Kirchner, y que tiene en La Cámpora una suerte de cantera, de donde extraer gente que se adapte a los requerimientos (más estéticos que ideológicos) de la Jefa de Estado.

Quiroga no tiene empacho con el periodista: "Los que dicen que mi hija de 11 años es de Kirchner están equivocados. La tuve con un novio que me duró muy poco, y le puse mi apellido porque cuando quedé embarazada ya nos estábamos separando" (sería un ex asesor de Julio De Vido).

Lo interesante de Quiroga es que ella conoce la intimidad del kirchnerismo, cada movimiento, a cada personaje, y es evidente que ahora está ejerciendo presión a través de la entrevista porque se siente, por lo menos, mal indemnizada.

Más allá de que Quiroga derroca la idea de Cristina del matrimonio compañero para reasumir el viejo mote de "la Cornuda", hay una acusación terrible para el año electoral 2011: "Cristina es una persona muy particular, que no quiere a mucha gente a su alrededor. La verdad, con ella no sé dónde quedó el proyecto de Néstor, de Néstor con la gente. ¿Dónde quedó eso? Se perdió el legado y la mística de Néstor".

Se supone que por estas debería estar llamándola Oscar Parrilli, secretario general de la Presidencia que le tuvo que comunicar el despido, y hacer los deberes. No sea que Quiroga comience a difundir detalles íntimos de Néstor...

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