La espiral de precios hace mella en la imagen de Cristina

Si 45% de la mano de obra es informal, o sea que no goza de la indexación salarial paritaria, era obvio que es inviable una inflación del 30% en un año electoral. Solamente el Cristinismo padece semejante miopía...


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). “La Presidenta debe asumir la inflación y no dispersar y distorsionar la realidad. Le pedimos políticas concretas para preservar el salario en vez de discursos inconducentes”, opinaron Fernando Blanco Muiño (Unión de Consumidores de Argentina) y Susana Andrada (Centro de Educación al Consumidor), en un comunicado conjunto.

Luego de que la Presidente de la Nación ratificanra los dichos de su ministro de Economía, Amado Boudou, en relación a la dispersión y distorsión de precios que vive la economía argentina, Fernando Blanco Muiño y Susana Andrada han sostenido que “resulta altamente preocupante que la Jefa de Estado ignore, encubra y camufle la verdadera situación de precios detrás de argumentaciones que duran lo que tarda cualquier argentino en llegar con su mano al fondo del bolsillo”.

“Creíamos que las declaraciones de Boudou serían desautorizadas por la Dra. Fernández de Kirchner pero la ratificación producida por ésta nos genera preocupación porque confirma que estamos en presencia de un gobierno que niega la realidad y, en consecuencia, no implementa las políticas públicas de lucha contra la inflación”, sostuvieron ambos.

“El relato ficticio que se pretende imponer atenta contra los sectores más vulnerables de la sociedad y deja a los trabajadores indefensos ante la suba de precios, por lo que se hace indispensable que se avance en una política seria y concreta que garantice el poder adquisitivo de los salarios”, agregaron ambos líderes de ONGs de defensa de los consumidores.

Por úlitmo, ambas entidades se solidarizaron con Adelco, cuyo índice de precios mensual, fue duramente cuestionado por el Ejecutivo Nacional, rescatando el valor que tiene para los consumidores el trabajo serio que viene desarrollando desde hace años esa asociación.

Pero lo interesante es que

> la imagen de Cristina Fernández está luciendo graves perjuicios por el impacto inflacionario,

> en los focus group Cristina no solamente aparece como indolente ante la ocupación ilegal de la calle por diversas organizaciones no gubernamentales sino también como despreocupada ante la inflación que sí inquieta a la población, y

> Cristina nada hará contra la inflación porque hoy día gracias a la espiral de los precios ella financia, en parte, un gasto público tan abultado como irracional.

El desquiciado gasto público como motor de la inflación Cristinista (¿y con esa espiral de precios que es el resultado de una gran incompetencia ella quiere volver a ganar las elecciones?), mereció conceptos interesantes en InC., la newsletter del estudio Massot & Monteverde:

"(...) • El gasto primario se llevó 38% de la riqueza generada en 2010.

• En 2009 representaba 35% del PBI.

• Creció 36,7% frente a 2009 y supera los US$ 100.000 millones.

• Las cuentas que impulsaron este incremento del gasto son principalmente los subsidios a empresas, el déficit de las compañías estatales y el gasto de consumo y operación estatal. El problema en estos casos es que son gastos de naturaleza estructural y, consiguientemente, son difícilmente ajustables a la baja.

• Los subsidios al sector privado sufrieron un fuerte aumento de 44,6% respecto al año anterior, ascendiendo a $ 75.889 millones.

• Alarma la feroz suba del déficit operativo de las empresas públicas.

> Además de las cuentas específicas referidas al resultado de estas compañías, su quebranto se encuentra disimulado como otros gastos y otras transferencias de capital.

> Las primeras reflejan un incremento de apenas 12,3% pero las segundas estallaron 113% y 76% respectivamente.

• El gasto de consumo y operación estatal —corazón del gasto corriente— trepó 40,2%. El ítem remuneraciones saltó 42,2% interanual.

• Otros rubros del gasto —principalmente aquellos con fuerte impacto social— tuvieron un desempeño más moderado, a tono con la inflación.

• Por su parte, las prestaciones a la seguridad social experimentaron un crecimiento bastante menor, de 28,6% respecto a 2009.

> Esta expansión se debe a la introducción de la asignación por hijo —con las que también carga el fondo para jubilados— y las subas de jubilaciones.

> La nueva asignación por hijo representó $ 6.340 millones el año pasado.

• Los subsidios sociales perdieron terreno en 2010 en comparación con las transferencias a empresas públicas para sostener sus crecientes déficits y a compañías privadas para mantener bajos los precios del gas, la electricidad y el transporte, sin importar el poder adquisitivo de quien consuma esos servicios.

Los subsidios corrientes en su conjunto treparon 37,6% en 2010, sumando $ 101.994 millones.

• Sólo una cuarta parte de ese gasto tuvo destino público, creciendo apenas 20,5% frente a lo erogado en 2009.

• Casi 60% de los subsidios a privados se destinó a transferencias a empresas —en su mayoría se trata de subsidios vinculados al congelamiento de las tarifas energéticas con los que se benefician segmentos poblacionales de ingresos medios— mientras que el resto fue al gasto social, con un incremento de 46% en el primer caso y de 37% en el segundo.

> Esto muestra el carácter cada vez más regresivo de la redistribución de recursos que lleva adelante el gobierno.

> Los subsidios a la energía y la demora en la actualización de tarifas permiten que un cliente de clase media de la Capital pague por la electricidad US$ 24,1 milésimos por kilowatt hora, muy por debajo de los US$ 65,8 milésimos de un vecino de Santa Fe y más aun de los US$ 76,6 milésimos de Córdoba.

• Las asignaciones destinadas al sector energético crecieron 63% respecto de 2009.

• El fuerte incremento en estos subsidios se debe a que la Argentina consume cada vez más energía y produce menos, por lo cual es necesario importar volúmenes adicionales año a año.

• Cammesa, recibió $ 13.487,9 millones en 2010, 58% más que el año anterior.

• Y Enarsa, que se hace cargo de la importación de gas de Bolivia, recibió $ 5.489,5 millones, el doble que en 2009.

• Este año los subsidios totales podrían llevarse más de 7 % del PBI.

• Se descuenta que los subsidios a provincias y la inversión en obras públicas —que en 2010 estuvieron dormidos— experimentarán una estampida en este crucial año político.

• La inversión en obras públicas se desplomó el año pasado.

• El exiguo aumento nominal de 12 % significó una sustantiva caída en términos reales (descontando la inflación)."

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