Cristina y Néstor, no se ofendan pero con estos precios, hasta De la Rúa seguía...

Con Asia y Oceanía como motor de la demanda global, acompañada por países emergentes como Brasil, México y la Argentina, los precios de las materias primas se han recuperado pese a la crisis de Grecia, España y otros países de la Unión Europea, y los problemas de USA (que no los tiene Canadá, vale la pena destacarlo). Con los precios presentes, los Kirchner pueden gestionar sin contratiempos pero no es un mérito de ellos. Fernando De la Rúa no tendría problemas y Carlos Menem hubiera conseguido la re-reelección... Así lo cuenta el Instituto para el Desarrollo Social:

| 27/09/2010 | 14:12


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Idesa). Tradicionalmente la dinámica de la economía argentina ha sido altamente dependiente de los precios internacionales de sus principales exportaciones. Por eso, es muy significativo que los precios de las materias primas tengan niveles muy elevados; casi el doble del promedio de los últimos años.

Aunque en el pasado se presentaron experiencias similares, es la primera vez en dos siglos de existencia del país que se cuenta con condiciones externas tan favorables y persistentes. La transición política que plantea el cronograma electoral es la oportunidad para no volver a dilapidar las excelentes posibilidades que brinda el contexto internacional.

Los precios internacionales de los productos exportados constituyen un factor de alta incidencia en la capacidad de crecimiento de la economía argentina. Las series históricas muestran que los períodos de reactivación han estado asociados a un contexto internacional favorable y las crisis a situaciones adversas.

Estos antecedentes realzan la importancia de que el precio de la soja muestra actualmente una tendencia al alza, volviendo a superar los U$S 400 la tonelada. Similares condiciones se observan con otros productos que exporta la Argentina.

Una medida más rigurosa de la situación de los precios internacionales de las principales exportaciones de la Argentina la brinda el Indice de Precios de Materias Primas que elabora el Banco Central de la República Argentina. Se trata de un indicador que sintetiza la evolución de los precios en los mercados internacionales de los principales productos que exporta la Argentina. Según esta fuente, el nivel de precios de las exportaciones argentinas de agosto del año 2010 es:

> Un 17% inferior al pico alcanzado en el año 2008.

> De similar nivel al promedio registrado entre los años 2007 y 2010.

> Un 85% superior a la media observada en la década que va desde el año 1997 al año 2006.

Los datos muestran que en la actualidad los precios internacionales no llegan a los niveles extraordinariamente altos que se observaron en el año 2008, sin embargo, tienen un valor similar al promedio de los últimos 4 años. De todas formas, la información más relevante es que el nivel promedio alcanzado por los precios internacionales de las exportaciones argentinas en los últimos 4 años es mucho más elevado que el observado en el pasado.

En otras palabras, la Argentina está atravesando desde hace 4 años un contexto internacional extraordinariamente favorable. La particularidad respecto a otros momentos históricos del país es el alto nivel y su persistencia.

La historia económica argentina muestra también que el sistema político no fue capaz de estructurar estrategias para superar la alta dependencia del contexto internacional. Prevaleció “disfrutar” el presente expandiendo el consumo público y privado a niveles visiblemente insostenibles, en lugar de capitalizar el contexto externo favorable para generar bases sustentables de crecimiento y desarrollo.

Con este manejo oportunista de las políticas públicas, naturalmente se fue consolidando un comportamiento cíclico donde a las bonanzas les siguieron indefectiblemente períodos de crisis en el marco de una tendencia de largo plazo signada por el estancamiento y la decadencia social.

En función de que es probable la prolongación del actual contexto favorable (que se disfruta desde el 2007), la transición política que marca el cronograma electoral es una nueva oportunidad para provocar un quiebre a la constante histórica de la Argentina a dilapidar oportunidades.

Para alcanzar el objetivo de construir bases sustentables de crecimiento y desarrollo –como lo están haciendo otros países de la región– es fundamental ampliar y enriquecer la agenda de políticas públicas.

No sólo se trata de plantear alternativas superadoras frente a la acumulación de prácticas autoritarias y de falta de respeto a las instituciones.

Más importante aún es aportar creatividad y racionalidad en temas claves como la organización del sistema tributario y de coparticipación federal de impuestos, la modernización del sector público, especialmente en los sectores sociales, y la transformación de la legislación laboral.

La recomposición institucional es condición necesaria para iniciar un proceso de desarrollo social, pero la condición suficiente para que sea sustentable es generar nuevas estrategias de políticas públicas. De lo contrario, se seguirá apelando al oportunismo de utilizar las bonanzas internacionales para incrementar el consumo, pero autocondenándose a vivir expectante del precio de la soja.

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