Confirmado: En la TV K, Víctor Hugo ya descendió al Nacional B

Víctor Hugo Morales nunca fue un factor convocante de rating en su incursión televisiva y tampoco lo es ahora, en su reinserción en la TV, como un vocero K y un declarado enemigo de Clarín. A un mes del inicio de “Bajada de línea”, su programa de los domingos por la noche por Canal 9 no supera los 3 puntos de rating. Ser K no vende y esto desespera al gobierno.

JORGE HÉCTOR SANTOS | 27/09/2010 | 13:47

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). En un setiembre en el cual Canal 13 le ganará (otra vez) por mucha diferencia a Telefe (ya le lleva 2.6 puntos), y el fútbol sigue siendo lo único convocante en la pantalla del oficialista Canal 7, Víctor Hugo Morales con su propuesta 'Bajada de Línea' cumple 1 mes en pantalla y su promedio rating se ancló en los 3 puntos de rating, tratando incluso de no competir con el encuentro con que Boca Juniors o River Plate cierran cada fecha.

Víctor Hugo, un locutor de multitudes, tiene menos rating en Canal 9 que en Radio Continental, donde su programa es oficialista pero con matices gracias a sus columnistas. O sea que en radio, Víctor Hugo todavía juega en 1ra. A pero en la TV ya descendió al Nacional B.

Ya no juega con River Plate o Boca Juniors. Lo suyo es Talleres de Córdoba y Almagro, pero puede seguir en descenso, hacia Comunicaciones y Tristán Suárez.

Por el lado de Canal 7, el otro programa oficialista '6, 7,8', con la producción de Diego Gvirtz, ni siquiera pegado al fútbol de los 2 clubes más convocantes del pobre fútbol local logra arañar los 4 puntos (marcó 3.4 en la noche del 26/9).

En síntesis, los programas K, los diarios ultraoficialistas, las radios de operadores K, la TV oficialista no consigue lectores, oyentes ni televidentes.

Esta lógica de que la gente rechaza todo aquello que sea distorsión de la realidad o que no incluya las distintas campanas que conforman el espectro de las opiniones existentes no entra dentro del autoritarismo que conciben los Kirchner en su pretensión de permanecer en el poder.

La Argentina en su conjunto no es Santa Cruz pero los Kirchner pretenden que lo sea como pretenden que la gente crea los índices mentirosos manejados por Guillermo Moreno de inflación, pobreza, indigencia, desempleo, etc.

Es por eso que como lógica consecuencia el matrimonio que pasea y habla ante escaso público en la tierra de los norteamericanos desespera en la guerra por demoler a Clarín, que viene resistiendo todo tipo de embates del matrimonio y de su séquito de aduladores.

La noticia que La Nación ha llegado a vender 300 mil ejemplares los días domingos, en un mundo donde la tirada de los diarios baja, no sube, es una pésima noticia para los huéspedes del carísimo Four Seasons de Nueva York.

Cómo hacer ante semejante infortunio K sobre todo cuando cerca de U$S 800 millones se invierten en mantener este circo de medios que el gran público no consume y una exorbitante publicidad oficial a la que gran parte de sus destinatarios no le cree.

La respuesta es ¡Marchemos!, sí hay que marchar contra los jueces que integran el máximo tribunal de Justicia de la Nación para ver si estos se apiadan y “colaboran” borrando del mapa al Grupo Clarín. Esto es apriete y expresión de intolerancia ante la impotencia de no poder introducir el pensamiento único.

Más que la desaparición de los diarios y medios opositores, hoy por hoy, quienes trabajan en ellos deberían preocuparse de su destino laboral por demás incierto cuando los Kirchner dejen de estar en el gobierno y semejantes subsidios dejen de mantener esas fuentes de trabajo y se destinen, Dios mediantes, a mejores propósitos con fines realmente loables para paliar en parte tanta pobreza que se anida en vastos sectores de la población.

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